ABU DABI, 29 May. (Reuters/EP) -
El ex presidente yemení Alí Abdulá Salé ha asegurado este viernes que su sucesor en el cargo y antiguo 'número dos', Abdo Rabbu Mansur Hadi, ya no es relevante en la política nacional, debido a su exilio voluntario con el estallido del conflicto.
"Su legitimidad se terminó por completo al huir de Saná a Adén" cuando los huthis tomaron la capital yemení y se hundió definitivamente cuando se exilió en Arabia Saudí, ha argumentado en una entrevista concedida a la televisión árabe Al Mayadeen.
También ha cargado contra las fuerzas políticas que acudieron a las conversaciones de paz en Riad. "Se han condenado a sí mismos a no volver nunca a Yemen porque han bendecido la agresión" de la coalición internacional liderada por Arabia Saudí, ha considerado.
Interrogado sobre la nueva ronda de contactos en Omán, el ex presidente ha aclarado que ni él ni los suyos han sido invitados. "Hemos sido los últimos en enterarnos. Los huthis no nos dijeron nada", ha revelado.
Aunque ha bajado el tono en comparación con el foro anterior, ya que Omán es el único país del Golfo que no forma parte de la coalición internacional, Salé ha advertido de que Estados Unidos e Irán están detrás de este nuevo esfuerzo de mediación.
CRISIS YEMENÍ
Arabia Saudí asumió el pasado mes de marzo el liderazgo de la 'Operación Tormenta Definitiva', con la que, junto a otros nueve países de la región, tiene como intención declarada "repeler a las milicias huthis, Al Qaeda y el Estado Islámico" en Yemen.
Las monarquías del Golfo Pérsico temen que la influencia de Irán en la región se extienda con el ascenso de los huthis al poder, en medio de la inestabilidad generada por el conflicto iraquí y la guerra civil en Siria.
El presidente yemení había apelado directamente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en una carta para que autorizara una intervención militar para frenar "la agresión de los huthis" contra su Gobierno.
La crisis política en Yemen, fruto de las disputas intestinas no resueltas con la caída del Gobierno de Salé, en 2011, se agravó el pasado mes de septiembre con la irrupción en Saná de los rebeldes chiíes.
Los huthis, que históricamente han reivindicado mayor autonomía para el norte de Yemen, llevaron a Hadi y su Gobierno a dimitir en bloque el pasado mes de enero, evidenciando así la pugna por el control de un país al borde de la guerra civil.
