LONDRES, 3 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un conjunto monumental de 49 metros de altura que representa a un hombre, una mujer y un niño africano y que ha costado 27 millones de euros (20 millones de euros) preside una de las colinas que rodean Dakar, la capital senegalesa. La estatua, centro de polémicas por su simbología y por su coste, fue inaugurada este sábado.
A la ceremonia de inauguración asistieron 19 jefes de Estado, incluidos la mayoría de los presidentes de los países del África occidental, y con el presidente senegalés, Abdoulaye Wade, como anfitrión.
Las figuras, algo más altas que la Estatua de la Libertad, han sido levantadas por unos 50 trabajadores norcoreanos que han tardado dos años en terminar el monumento. El Monumento al Renacimiento Africano sirve además para conmemorar el 50 aniversario de la independencia de Senegal.
Wade llegó al acto entre percusión africana y danzas tradicionales y arropado por cientos de simpatizantes. En su discurso, el mandatario senegalés dedicó el monumento a toda África. "Da vida a nuestro destino común. África ha llegado al siglo XXI en pie, alta y más dispuesta que nunca para asir el destino con sus manos", dijo.
Horas antes del acto oficial de inauguración, miles de manifestantes protestaron en Dakar contra el proyecto, ideado por el presidente Wade. De hecho, Wade reclama para sí el 35 por ciento de los ingresos que genere el monumento, que podría convertirse en una atraccion turística. La mitad de los senegaleses viven por debajo del umbral de la pobreza.
Las protestas, en un principio prohibidas por las autoridades, transcurrieron bajo la atenta vigilancia de un importante contingente de las fuerzas de seguridad. La manifestación fue convocada "contra todos los fracasos del régimen de Wade, de los cuales el menor es esta horrible estatua".
También los musulmanes consideran ofensivo el monumento. El imán Massamba Diop, una de las figuras más prominentes del Islam senegalés, informó de la emisión de una fatua (edicto religioso) en la que emplazan a los imanes de todo el país a leer el Corán para "simplemente pedir a Alá que nos libre del castigo de este monumento de vergüenza".
Sin embargo, el senador senegalés Ahmed Bachir Kounta defendió el proyecto. "Todos los proyectos arquitectónicos levantan polémica. Fíjense a la Torre Eiffel de París", afirmó Kounta en declaraciones a Reuters.
