BELGRADO 3 Dic. (EP/AP) -
Los mediadores internacionales para Kosovo, la troika, y la fiscal de la ONU para crímenes de guerra, Clara del Ponte, visitaron Serbia hoy en un momento en el que el país se mueve ante dos frentes, el primero es conservar la provincia de Kosovo a pesar de que esta clama su independencia y, el segundo, colaborar estrechamente con la Unión Europea para arrestar a los fugitivos acusados de cometer crímenes de guerra.
Los intermediarios de la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia (troika), que supervisaron cuatro meses de conversaciones entre serbios y albano kosovares sobre el destino de la provincia serbia, harán una visita final a Belgrado y a Kosovo para resumir a los dos lados el informe sobre las fallidas negociaciones.
La fiscal jefe para los crímenes de guerra de la antigua Yugoslavia, Carla del Ponte, también hará una visita de despedida a Belgrado antes de que termine el mandato de Naciones Unidas a finales de año. A últimos de mes remitirá un informe a Naciones Unidas sobre la cooperación de Serbia con el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), que podría determinar si Belgrado puede continuar sus conversaciones para la adhesión a la Unión Europea.
Del Ponte espera ejercer la última presión sobre las autoridades serbias para arrestar a dos de los fugitivos más buscados por Europa tras cometer crímenes de guerra durante el conflicto serbo bosnio, el líder político Radovan Karadzic, su comandante militar Ratko Mladic y otros dos sospechosos.
El punto muerto de las conversaciones sobre Kosovo que terminaron la semana pasada, donde Kosovo pedía su entera independencia mientras que Serbia rechazaba ofrecer una amplia autonomía, culminará el 10 de diciembre, día límite para que los enviados de la ONU remitan su informe al secretario general Ban Ki Moon y se incremente la posibilidad de que la provincia declare su condición de estado en los próximos meses.