ROMA, 28 Nov. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, G. Moreno) -
El Papa Benedicto XVI hizo hoy un llamamiento a "multiplicar los esfuerzos para detener la difusión del virus del sida, contrastar el desprecio que a menudo sufren las personas afectadas y cuidar a los enfermos, especialmente cuando todavía son niños".
El Romano Pontífice enmarcó su petición en la Jornada Mundial contra el sida que se celebrará el próximo 1 de diciembre, al tiempo que se manifestó "espiritualmente cercano a cuantos sufren esta enfermedad así como a sus familias, particularmente a las que ya han perdido algún pariente" por esta causa. "A todos garantizo mis oraciones", añadió.
Benedicto XVI pronunció estas palabras al final de la audiencia general de los miércoles que tuvo lugar esta mañana en la plaza San Pedro del Vaticano y en la que participaron miles de fieles de todo el mundo.
En esta ocasión, dedicó su habitual catequesis a la figura de San Efrén, uno de los principales teólogos orientales de los primeros años del cristianismo.
En concreto, subrayó que "las raíces del cristianismo se encuentran en Jerusalén y en el Antiguo Testamento", y que una expansión posterior hizo que llegara "hacia occidente y el mundo greco-latino", lo que contrasta con el pensamiento actual, que suele considerar el cristianismo como "expresión de una cultura europea y occidental".
Con todo, señaló que figuras como la de San Efrén o la de Afraate, a quien dedicó la catequesis de la semana pasada, demuestran la variedad cultural de la fe cristiana.
