S.Leona.- Taylor se niega a comparecer en la apertura del juicio y reclama que se le permita defenderse a sí mismo

Actualizado: lunes, 4 junio 2007 13:43

LA HAYA, 4 Jun. (EP/AP) -

El ex presidente liberiano Charles Taylor ha reclamado el derecho a representarse a sí mismo ante el Tribunal Especial para Sierra Leona en La Haya, después de negarse hoy a comparecer en la primera sesión del juicio en el que tendrá que responder de cargos por crímenes de guerra y crímenes contra la Humanidad cometidos en la guerra civil sierraleonense.

Taylor no compareció ante el Tribunal, y en una carta leída ante la sala por su abogado defensor, Karim Khan, el ex presidente aseguró que se le había impedido reunirse con el abogado que él mismo había elegido y refutó al abogado designado por el Tribunal Especial --el propio Khan--.

Finalmente, en la declaración el ex presidente reclamó su derecho a representarse a sí mismo y retiró a Karim Khan su permiso para que le representase durante el juicio. Una vez leída la carta, Khan reunió toda su documentación para la defensa y abandonó la sala. El Tribunal ordenó a continuación que continuase el juicio y el fiscal jefe, Stephen Rapp, empezó a leer su declaración inicial.

"En con gran pesar que debo renunciar a asistir a ningún procedimiento futuro sobre este caso", afirmó el ex mandatario en el comunicado leído ante la sala por Khan. "En su momento confié en la capacidad de este Tribunal para impartir justicia, pero con el tiempo ha quedad claro que esta confianza se ha disipado", prosiguió.

Stephen Rapp rebatió las palabras de Taylor sobre lo inadecuado de su defensa y recordó que se habían designado al ex presidente un abogado, un investigador especial y fondos. "Todo lo que se podía dar se le ha dado", aseguró el fiscal jefe ante el Tribunal.

Charles Taylor fue acusado en marzo de 2003 de 17 cargos por crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y otras violaciones graves de las leyes humanitarias internacionales. El ex presidente se convierte así en el primer dirigente africano que comparece ante un tribunal internacional.

Taylor se enfrenta a estos cargos por su presunto respaldo a los rebeldes del Frente Revolucionario de Sierra Leona (RUF), liderados por Fody Sankoh y tristemente célebres por sus mutilaciones de civiles, durante la guerra civil en este país entre 1991 y 2002. Taylor fue capturado en marzo de 2006, tras un rocambolesco intento de fuga desde su dorado exilio nigeriano --vivía desde 2003 en la localidad costera de Calabar--.

En el acta de acusación, firmada en marzo de 2003, el Tribunal Especial para Sierra Leona acusa a Charles Taylor de crímenes contra la Humanidad cometidos en el contexto de "un amplio y sistemático ataque dirigido expresamente contra la población civil" por los rebeldes de Sierra Leona, a quienes el ex mandatario supuestamente ayudó logísticamente y con armas entre 1996 y 2000.

Entre las acciones que según el Tribunal cometió el RUF con el apoyo o consentimiento de Taylor destacan los actos de terror contra civiles, incluidos castigos colectivos a las poblaciones que apoyaron al Gobierno electo de Sierra Leona o que no dieron suficiente ayuda a las tropas rebeldes, y los homicidios ilegales de civiles. "Las víctimas sufrieron con frecuencia disparos, hachazos hasta la muerte y quemaduras hasta la muerte", indica la acusación.

Asimismo, la acusación denuncia actos de violencia sexual contra las mujeres y niñas civiles, incluidas violaciones brutales, en ocasiones múltiples. Aparte, cientos de mujeres y niñas fueron obligadas a trabajar como esclavas sexuales, algunas de ellas durante años. El acta de acusación informa también de numerosos actos de violencia física contra civiles, incluidas amputaciones de miembros humanos u otras mutilaciones.

El Tribunal denuncia también el uso de niños soldados --niños y niñas menores de 15 años de edad-- en actos de combate. Muchos de estos menores habían sido secuestrados y posteriormente entrenados como combatientes en los campamentos de las fuerzas de Taylor, según la acusación.

También se incluye en la acusación la esclavización de civiles a los que se obligaba a trabajar en servicios domésticos y en las minas de diamantes, los saqueos e incendios de aldeas --en algunos casos fueron incendiadas todas las casas de algunos asentamientos-- y los ataques a las fuerzas de paz de Naciones Unidas y a trabajadores humanitarios, algunos de los cuales fueron asesinados y otros secuestrados.