SIDNEY 26 Ago. (Reuters/EP) -
Los solicitantes de asilo retenidos en la remota Isla de Navidad han demandado al Gobierno de Australia por no garantizarles los cuidados sanitarios adecuados, una decisión que vuelve a poner de manifiesto las controvertidas políticas de detención de menores de Canberra.
Los abogados defensores de los solicitantes de asilo han presentado este martes una denuncia ante el Tribunal Supremo de Victoria este martes. El abogado del bufete Maurice Blackburn, Jacob Varghese, ha confirmado que una niña de seis años encabezará la demanda colectiva. La menor, de la que solo se conocen sus iniciales A.S., estuvo detenida durante un año y ahora sufre estrés postraumático, infecciones dentales, alergias, trastorno de ansiedad por separación, pérdidas de orina nocturnas y falta de apetito.
Varghese ha criticado la actuación del Ejecutivo por privar "a muchos niños de su infancia" y ha denunciado que "la salud de muchos solicitantes de asilo se está viendo afectada por su detención". El abogado ha asegurado que, según "los doctores que tienen experiencia de primera mano", "los servicios están por debajo de los estándares que espera la comunidad australiana".
La demanda colectiva alega que el Gobierno y el ministro de Inmigración, Scott Morrison, como responsable legal de los niños, han incumplido su tarea de proteger la salud y el bienestar de los solicitantes de asilo. La denuncia no solo hace referencia a los inmigrantes que se encuentran detenidos actualmente sino también a los que han pasado algún tiempo en la Isla de Navidad durante los últimos tres años.
El bufete espera obtener compensación económica y una orden para que las 334 personas que actualmente se encuentran agrupadas en la isla, entre ellas 148 niños, sean trasladadas a un centro de detención comunitario en el continente.
LIBERACIÓN DE MENORES
Morrison anunció la semana pasada sus planes para liberar a algunos niños de los centros de detención después de que varios grupos defensores de los Derechos Humanos dijeran que su retención en estos lugares era perjudicial para su salud mental y física.
Sin embargo, las duras leyes australianas diseñadas para disuadir a los refugiados que llegan en barco solo permiten la liberación de 150 de los 876 niños que se encuentran actualmente detenidos en los centros del continente.
El primer ministro, Tony Abbot, ganó las elecciones el pasado mes de septiembre tras una campaña electoral centrada en las duras políticas de inmigración. A pesar de haber recibido el rechazo y las críticas de la comunidad internacional, las encuestas muestran que estas medidas cuentan con el respaldo de la sociedad australiana. Por su parte, Morrison ha defendido que esta postura es necesaria para hacer frente a los peligros del tráfico de personas.
Durante los siete primeros meses de 2013, cerca de 16.000 solicitantes de asilo llegaron a Australia en 220 barcos. Según el Gobierno, desde diciembre solo se ha registrado una llegada "ilegal". Cientos de solicitantes de asilo, la mayoría procedentes de Indonesia, han muerto ahogados en los últimos años cuando los barcos en los que viajaban se han hundido durante el trayecto.