Salvo sorpresa, los franceses no firmarán el Pacto Presidencial que les propone Royal

Actualizado: domingo, 6 mayo 2007 2:01


PARÍS, 6 May. (EUROPA PRESS/Salvador Martínez) - .

La suma de los votos que obtuvieron los distintos candidatos de la extrema izquierda en la primera vuelta de la elección presidencial con los que obtuvo en esa votación Ségolène Royal, la aspirante a la Presidencia de la República del Partido Socialista (PS) francés, implica que la socialista podría obtener en los comicios de hoy un 36,10 por ciento de los sufragios que se emitirán.

Ese porcentaje es sólo cinco puntos superior al que obtuvo en la primera vuelta de la elección presidencial el aspirante favorito en la carrera hacia el Elíseo, Nicolas Sarkozy. Este hecho da cuenta de la eventual derrota que podría sufrir hoy la aspirante socialista en las urnas.

En este contexto, Royal depende del voto favorable al candidato centrista de la formación política Unión por la Democracia Francesa (UDF), François Bayrou, quien al obtener casi 7 millones de votos en la primera vuelta de los comicios presidenciales fue respaldado por el 18,57 por ciento del electorado, para optar a la sorprendente victoria, que evocó el viernes en su último acto de campaña presidencial en Rosporden, en el departamento de Finisterre, situado en la región de Bretaña.

Allí, Royal dijo que contar con la "esperanza" de poder ganar una elección presidencial que los sondeos de opinión le presentan muy cuesta arriba.

Royal, quién adoptó una estrategia muy ofensiva en el vis a vis con aspirante del partido gubernamental Unión por un Movimiento Popular (UMP), Nicolas Sarkozy, -- calificándolo incluso de "amenaza para la democracia" -- luchó en la campaña presidencial gala por emborronar la imagen que se ha dado Sarkozy de "candidato del cambio" a pesar de haber ejercido hasta en tres periodos distintos de la presente legislatura el cargo de ministro.

Según los resultados de los sondeos de los institutos de opinión, Royal no sólo no habría tenido poco éxito su operación política contra la imagen de Sarkozy sino que, además, sólo habría persuadido a la mitad del electorado centrista. Prueba de ello es que dos de los últimos sondeos de opinión, realizados por los institutos 'Ipsos' y 'TNS-Sofres-Unilog', prevén que la aspirante del PS francés sólo obtenga en la segunda vuelta de la elección presidencial que se celebra mañana entre el 46 y el 45,5 por ciento de los sufragios.

UN PACTO PRESIDENCIAL ABIERTO AL CENTRO

Sin embargo, durante las últimas semanas de carrera hacia el Elíseo, Royal se esforzó en presentar su voluntad de "apertura" hacia el centro, poniendo al frente de su campaña presidencial a personalidades políticas del centro-izquierda, bien valoradas por el centrismo político galo, como Jacques Delors, ex presidente de la Comisión Europea entre 1985 y 1995.

Del mismo modo, Royal priorizó en sus alocuciones las medidas de su proyecto presidencial, el "Pacto Presidencial", que podían interesar a un electorado centrista. De este modo, si François Bayrou, quien hizo de la lucha contra deuda pública su principal caballo de batalla, proponía en su programa la reducción del gasto público, Royal no dejó de decir en la última fase de su campaña presidencial que "un euro gastado" por el Estado debe ser "un euro útil".

Del mismo modo, la renovación de las instituciones propuesta por Royal estuvo presente en los mensajes de la candidata, habida cuenta del interés común de centristas y socialistas en esta reforma. De este modo, Royal manifestó su deseo de refundar la República, haciendo de la quinta República una sexta.

En esa República se "suprimiría el artículo 49-3", cuya aplicación permite la aprobación de un decreto por el Gobierno sin que el texto sea votado en el Parlamento, la instauración de "jurados populares" que evalúen la gestión de los poderes públicos y se haría imposible el acumular mandatos, pues en Francia, se da la circunstancia de que los diputados galos, a menudo, también son alcaldes o presidentes de regiones.

EL ESTADO COMO GARANTE DEL ORDEN JUSTO

El "orden justo" es una de las ideas que más ha repetido la aspirante socialista durante su campaña. Esa expresión resume en gran medida que la lucha contra "las distintas formas de precariedad y de violencia" que desea desarrollar la candidata gira entorno a la idea de orden.

El garante de ese orden, según el programa de la socialista, es el Estado, pues a través de él Royal pretende responder a la mayoría de las inquietudes de los franceses. Así, el "Pacto Presidencial" pretende crear hasta 500 000 "empleos trampolín", consistentes en la cobertura por parte del Estado del salario de un joven diplomado en sus primeros seis meses de trabajo. De este modo Royal prevé acabar con la situación del 21 por ciento de jóvenes franceses que no consiguen dar su primer paso en el mercado de trabajo francés.

Precisamente la consigna que da el proyecto presidencial de Royal en materia de empleo es que el contrato por antonomasia debe ser el 'Contrato Indefinido' y no el CNE, el contrato propuesto por el gobierno de Dominique de Villepin según el cual el periodo de prueba de un asalariado en una pequeña empresa es de dos años, pudiendo romperse el compromiso contractual entre contratado y contratante en cualquier momento si una de las partes así lo desea.

En cuanto al "poder adquisitivo", junto al paro la mayor preocupación de los franceses, el Pacto Presidencial que ofrece Royal a los franceses pretende revalorizar las jubilaciones más bajas en un 5 por ciento, el mismo porcentaje que quiere aumentar un salario mínimo que, según el proyecto presidencial de la socialista, debería alcanzar los 1 500 euros al mes en sus cinco años de mandato.

Según el "orden justo" del que habló Royal durante toda su campaña y que aparece desglosado en el "Pacto Presidencial", el Estado galo debería poder garantizar al parado el 90 por ciento de su sueldo durante el primer año de desempleo además de no permitirle perder nivel adquisitivo si cuando retome la vida laboral gana menos que con su anterior trabajo, construir 120 000 viviendas de protección oficial, reducir la deuda pública al 60 por ciento del PIB y, entre otros deberes, el facilitar que los jóvenes cuenten con un crédito de hasta 10 000 euros "para desarrollar un proyecto de vida".

Este papel central del Estado galo en la vida económica que pretende el "Pacto Presidencial" es precisamente el punto de discordancia de socialista y centristas. Tanto es así, que Bayrou ha calificado de "riesgo económico" a medio plazo para Francia que la dirección del país esté inspirada el proyecto económico de Royal.

ORDEN JUSTO EN EL ÁMBITO INTERNACIONAL

En materia internacional, Royal ha disfrutado en su campaña del apoyo de dos líderes de gobierno europeos, José Luis Rodríguez Zapatero y Romano Prodi. Sin embargo, el primer viaje que hará la candidata si resulta elegida presidenta será a Alemania.

Consciente de la necesidad del relanzamiento de la construcción institucional de la UE, Royal desea que en su mandato presidencial los franceses voten de nuevo el Tratado Constitucional Europeo que rechazaron en mayo de 2005.

Del mismo modo, la idea de orden se impone cuando Royal ha asegurado que deberían "ejercerse presiones" sobre China para que ésta deje de trabar el diálogo en la ONU sobre una intervención militar en Darfur, la región situada al sudoeste de Sudán en la que la guerra entre milicias ha costado la vida de casi medio millón de personas según las estimaciones de la ONU.

Asimismo, Royal se opone al acceso de Irán a la tecnología nuclear que permita desarrollar al país persa armas nucleares.