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BERLÍN 4 Jul. (DPA/EP) -
El Partido Social Demócrata (SPD), socio menor en el Gobierno alemán, ha marcado las líneas rojas del acuerdo sobre migración y asilo alcanzado por la canciller, Angela Merkel, y su aliado bávaro, la Unión Social Cristiana (CSU), para abrir centros de acogida en la frontera con Austria.
"Con nosotros no va a haber campos cerrados", ha dicho este miércoles la líder socialdemócrata, Andrea Nahles, en una reunión extraordinaria con el grupo parlamentario del SPD.
Nahles ha subrayado que la 'hoja de ruta' del SPD es el acuerdo de Gobierno firmado con la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel para formar gobierno y su traslación a un documento interno de cinco puntos que fue refrendado por los militantes del SPD.
No obstante, se ha alineado con Merkel en su llamamiento para que la respuesta a la llegada de migrantes y refugiados sea de autoría europea. "No puede haber países que actúen de forma unilateral", ha afirmado Nahles.
El ministro de Interior y jefe de la CSU, Horst Seehofer, presiona a Merkel para que endurezca su política sobre migración y asilo, una tensión que amenaza con hacer caer al Gobierno alemán pocos meses después de que llegara el acuerdo de coalición tras las elecciones federales del 24 de septiembre de 2017.
El lunes, Seehofer y Merkel acordaron crear centros cerrados para migrantes y refugiados en la frontera entre Alemania y Austria donde se resolverá caso por caso para determinar si son refugiados, en cuyo caso serán enviados al país de la UE en el que se registraron como solicitantes de asilo, o inmigrantes económicos, que serían deportados.
El SPD se reunirá el jueves con la CDU para conocer los detalles de este acuerdo. Lo que más preocupa a los socialdemócratas es que estén vallados. Los conservadores de Merkel han avanzado que los edificios tendrán las puertas abiertas.
El plan ideado por Seehofer y Merkel también ha encontrado detractores en Europa. El canciller austriaco, Sebastian Kurz, ha amenazado con reforzar los controles en la frontera con Alemania. La Comisión Europa, por su parte, ha advertido en contra adoptar "medidas unilaterales".