Sudán.- China pide el despliegue de cascos azules de la ONU en Darfur

Actualizado: martes, 13 marzo 2007 13:50

BEIJING, 13 Mar. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Débora Altit) -

El Ministerio chino de Asuntos Exteriores expresó hoy su confianza en que el Gobierno sudanés alcance lo más pronto posible un acuerdo con Naciones Unidas y la Unión Africana que permita el despliegue de fuerzas pacificadoras en la región de Darfur, según informa hoy la agencia oficial Xinhua.

Qin Gang, portavoz del Ministerio, señaló en rueda de prensa que todas las partes han coincidido en la necesidad del despliegue de fuerzas y expresó su "confianza" en que los detalles se perfilen pronto para que "el acuerdo pase a la acción", señala la agencia.

La semana pasada, el presidente sudanés, Omar al Bashir, envió una carta al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, en la que afirmaba que el plan de la ONU "contraviene" el Acuerdo de Paz de Darfur firmado en mayo de 2006 por Jartum y una de las facciones rebeldes de Darfur. En la carta el dirigente pasaba por alto el acuerdo alcanzado posteriormente, en noviembre pasado, con la ONU y la UA, así como su declaración, un mes más tarde, por la cual aceptaba la entrada en la región de fuerzas combinadas de ambas organizaciones, en lugar de un despliegue formado exclusivamente por cascos azules de Naciones Unidas. La ONU y la UA han acordado enviar a la región entre 19.000 y 20.000 soldados, así como 3.700 agentes de policía y 19 unidades policiales.

China ha sido censurada por la comunidad internacional por mantener acuerdos comerciales con el Gobierno de Jartum --Sudán vende dos terceras partes de su crudo a China-- a pesar de su probada intervención en el conflicto de la rica zona petrolera de Darfur, donde, según datos de Naciones Unidas, desde que se iniciara los enfrentamientos hace cuatro años han muerto ya más de 200.000 personas y otros 2,5 millones se han visto obligadas a abandonar sus hogares.

El país asiático ha respondido negando las críticas y defendiendo su política de "no injerencia" en la política interna de otros países, aunque en los últimos tiempos ha cedido ligeramente a las reivindicaciones internacionales, que le exigen una mayor implicación.

El conflicto se inició en 2003, cuando rebeldes de Darfur se levantaron contra el Gobierno de Jartum, de mayoría árabe. El Gobierno está acusado de financiar a las guerrillas que están masacrando a la población de la zona.