LISBOA 29 Abr. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, Patricia Ferro) -
El ex militar Gastao Salsinha y otros once soldados rebeldes que participaron en el atentado contra el presidente de Timor Oriental y premio Nobel de la Paz, José Ramos-Horta, se entregaron hoy en el Palacio del Gobierno en Díli, en donde fueron recibidos por el jefe del Estado que aseguró que él los ha perdonado pero que ahora tendrán que enfrentarse a la justicia.
El teniente Salsinha y los once hombres que estaban bajo su mando llegaron al Palacio del Gobierno en la capital de Timor vestidos de militares y rodeados de fuertes medidas de seguridad. El grupo se rindió entregando las armas a las autoridades en presencia del Presidente de la República, Ramos-Horta, del presidente del Parlamento, Fernando Lasama de Araujo y del representante de Naciones Unidas Atul Khare.
El ex militar y su grupo eran los más buscados en el país desde el pasado 11 de febrero, cuando participaron en los atentados contra el primer ministro, Xanana Gusmao, que salió ileso, y el presidente Ramos-Horta, que resultó gravemente herido, aunque ya está prácticamente recuperado.
La rendición del teniente Salsinha y su grupo fue negociada a finales de la semana pasada. Hoy el presidente Ramos-Horta quiso hablar directamente con Salsinha y Marcelo Caetano, el hombre que afirma haber sido el autor de los disparos que hirieron al mandatario. El jefe del Estado aseguró que, "como cristiano", les perdona y que a partir de ahora estarán en manos de la justicia.
"En relación a la persona que intentó asesinarme, lo perdono como cristiano, como ser humano. Como jefe de Estado, le dije que él tiene que enfrentarse a la justicia", afirmó Ramos-Horta en un breve comunicado a la prensa en el mismo Palacio de Gobierno.
"Sólo le dije que tiene que hacerse justicia y tienen que ser ellos mismos los que vayan al tribunal a explicar el porqué de su acción el 11 de febrero, pero también quién les dio las armas, los uniformes, el dinero, medios de comunicación y teléfonos, durante todos estos meses", explicó el presidente de Timor Oriental, que regresó hace pocos días a su país después de estar ingresado más de dos meses en el hospital de la ciudad australiana de Darwin, adonde fue trasladado tras el atentado