Actualizado: viernes, 6 noviembre 2015 23:37

MADRID, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -

La fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional (TPI), Fatou Bensouda, ha advertido este viernes, en relación a Burundi, de que "incitar a la violencia masiva" podría conducir a la comisión de crímenes que recaigan en su jurisdicción, después de que el presidente, Pierre Nkurunziza, diera un ultimátum.

"He recibido con gran preocupación la noticias del posible aumento de la violencia en Burundi, así como del uso de un lenguaje inflamable por parte de líderes políticos y otros actores en el país", ha dicho a través de un comunicado.

En concreto, la jurista de Gambia se ha referido a "funcionarios de alto rango" que "han dado un ultimátum antes de lanzar operaciones de seguridad y han usado en este contexto una retórica incendiaria y altamente preocupante".

"Cualquier persona en Burundi que incite a actos de violencia masiva, incluidos ordenar, pedir, animar o contribuir de cualquier manera a la comisión de crímenes que recaen en la jurisdicción del TPI, podría ser procesada", ha alertado.

A este respecto, Bensouda ha recordado que Burundi es un Estado parte del Estatuto de Roma --tratado fundacional del TPI--, de modo que el alto tribunal tiene jurisdicción directa sobre "los crímenes cometidos por burundeses o en territorio burundés".

"Si alguna conducta en Burundi --ya sea de las fuerzas de seguridad, las milicias o cualquier grupo armado-- supone un crimen de guerra, contra la Humanidad o genocidio, que nadie dude de que cumpliré mi mandato", ha remachado.

EL ULTIMÁTUM DE NKURUNZIZA

Nkurunziza dio el lunes su "último aviso" para que todos los ciudadanos entreguen a las autoridades las armas que posean ilegalmente. "Aquellos que no lo hagan serán considerados criminales y procesados conforme a la Ley Antiterrorista", dijo en un mensaje a la nación.

En cambio, --explicó el dirigente africano-- quienes acudan voluntariamente a las fuerzas de seguridad para entregar armas ilegales "serán entrenados en una educación patriótica" y después podrán volver con sus familias.

Burundi sufre una crisis política desde el 13 de mayo, cuando un grupo de militares intentó dar un golpe de Estado tras semanas de protestas callejeras contra los planes de Nkurunziza de reformar la Constitución para perpetuarse en el poder.

Los militares no lo consiguieron y Nkurunziza consiguió mantenerse en el cargo en las elecciones del pasado verano pero desde entonces Buyumbura --bastión opositor-- es escenario de constantes enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.

Además, se han producido asesinatos selectivos tanto de miembros del Gobierno como de la oposición que hacen temer a la comunidad internacional que Burundi vuelva a caer en una guerra civil de carácter sectario.

Más noticias

Leer más acerca de: