MADRID, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -
El viceprimer ministro turco Bulent Arinç ha expresado este lunes su deseo de que el juicio al expresidente egipcio Mohamed Mursi, derrocado el 3 de julio tras un golpe de Estado y acusado de incitación al homicidio y a la violencia durante los enfrentamientos frente al Palacio Presidencial en 2012, no se convierta en una "vergüenza" para el sistema judicial del país árabe.
"Parece que Mursi permanecerá en prisión. Espero que no veamos un resultado que sea una vergüenza para el sistema judicial egipcio al final del juicio", ha sostenido, según ha informado la agencia estatal turca de noticias, Anatolia.
El juicio contra Mursi y otros catorce dirigentes del Partido Libertad y Justicia (PLJ), vinculado a Hermanos Musulmanes, se ha iniciado este lunes y ha sido aplazado hasta el 8 de enero para permitir a la acusación y a la defensa examinar los documentos presentados por las dos partes.
Durante la vista, el exmandatario ha reiterado que es el único jefe de Estado "legítimo" y ha reclamado "el fin del régimen militar", lo que ha sido alabado por la principal coalición islamista del país, la Alianza Nacional en Apoyo a la Legitimidad.
Por otra parte, Arinç ha recalcado que Ankara únicamente tiene una demanda respecto a Egipto, y es que se garantice que se celebrarán unas elecciones en las que participen todos los segmentos de la sociedad y en la que se respete la voluntad popular.
Las declaraciones del viceprimer ministro turco han llegado horas después de que el Ministerio de Exteriores del país reclamara la liberación de todos los "detenidos políticos", entre ellos Mursi.
Turquía y Egipto han mantenido unas tensas relaciones desde el derrocamiento de Mursi, que fue duramente criticado por Ankara, que ha defendido al expresidente como mandatario electo a través de un proceso democrático.
El golpe de Estado fue perpetrado tras la reiterada negativa de Mursi a presentar su dimisión en el marco de manifestaciones multitudinarias contra su mandato, alegando que se trataba de un mandatario electo y de la existencia de manifestaciones también en su favor, si bien estas fueron de menor calado.
Por su parte, el Ejército asegura que su actuación respondió a la voluntad de la población, que había tomado las calles para protestar contra el mandato de Mursi.
Hermanos Musulmanes se ha negado en múltiples ocasiones a reconocer la legitimidad de las autoridades surgidas tras el derrocamiento del expresidente, miembro de la organización islamista, y ha sostenido que el nuevo gobierno es de tinte golpista.
Asimismo, ha denunciado la existencia de una campaña de persecución contra la formación con el arresto de decenas de sus miembros, entre ellos los integrantes de su cúpula, y la represión de las manifestaciones celebradas tras el derrocamiento de Mursi, que se han saldado con más de un millar de muertos a causa de la actuación de las fuerzas de seguridad.