UE.- La Conferencia Euromediterránea de París aprobará proyectos sobre contaminación, energía solar e infraestructuras

Actualizado: martes, 8 julio 2008 17:18

Zapatero tiene previsto al menos reunirse con Olmert, Mubarak y los presidentes de Polonia y Letonia

MADRID, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -

Los alrededor de 40 jefes de Estado y de Gobierno que asistirán el próximo domingo a la primera Conferencia del Proceso de Barcelona-Unión Euromediterránea tienen previsto aprobar una serie de proyectos, entre los que destacan los de descontaminación del Mediterráneo, instalación de plantas solares, apoyos crediticios a las pequeñas y medianas empresas y desarrollo de infraestructuras, según informó hoy en Madrid el embajador en misión especial para Asuntos del Mediterráneo, Fidel Sendagorta. En esta cumbre no se tratará sobre cuál será la sede permanente de la Unión Mediterránea, que España pretende conseguir para Barcelona.

En un encuentro con la prensa, Sendagorta informó de que este domingo coincidirán la primera cumbre anual de ministros de Asuntos Exteriores y la primera cumbre bianual de jefes de Estado y de Gobierno. La primera se celebrará por la mañana y la segunda lo hará hacia las 15:30 horas y durará hasta las 18:30. Posteriormente, a las 21:00, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, ofrecerá una cena a las delegaciones, que durará aproximadamente hora y media.

En el intervalo entre la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno y la cena, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, mantendrá una serie de encuentros bilaterales al margen de la cumbre. De momento, ya están prácticamente confirmados con el primer ministro israelí, Ehud Olmert, con el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, y con los presidentes de Polonia y Estonia, Lech Kaczynski y Toomas Hendrik, respectivamente, que han solicitado la entrevista, según indicó la directora del departamento de Política Internacional del Gabinete de Presidencia, Milagros Hernando.

En la conferencia, según el embajador, está previsto que se aprueben al menos seis proyectos generales cuyo desarrollo y financiación dependerán de cada caso. Por una parte, se prevé la aprobación de un proyecto de descontaminación del Meditarráneo mediante la instalación de plantas de tratamiento de aguas residuales en 43 puntos identificados por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y cuyo coste ha sido presupuestado por esta misma entidad en entre 2.000 y 3.000 millones de euros.

Asimismo, se espera que se apruebe un proyecto de instalación de plantas termosolares en el Mediterráneo, cuyo objetivo, precisó, es ayudar a los países del norte de África interesados (entre los que destaca Argelia, pese a ser productora y exportadora de gas) a producir sus propias necesidades eléctricas y a exportar a la UE energía eléctrica "cien por cien procedente de energías renovables", explicó Sendagorta.

Para el año 2050 se espera que los países del sur del Meditarráneo obtengan de estas plantas el 50 por ciento de sus necesidades de consumo eléctrico y exporten a la UE el 15 por ciento de la energía que se utilice en la Unión. El presupuesto previsto para todo ello de aquí a ese año es de alrededor de 350.000 millones de euros.

Un tercer proyecto que seguramente se apruebe en París es el de mejora de las infraestructuras de transportes y comunicaciones marítimas y terrestres. Estos tres proyectos, según el embajador, ha generado un especial interés por parte de las empresas españolas, muy interesadas en todo lo relacionado con el tratamiento del agua, tanto en su tratamiento como en la desalinización, con el desarrollo de los transportes y con la búsqueda de otras fuentes de energía renovables.

En la conferencia también está previsto que se apruebe un proyecto de protección civil, para que los países del Mediterráneo utilicen conjuntamente los medios disponibles para prevenir catástrofes. Asimismo, se aprobará la creación de la Universidad Euromediterránea, impulsada por Eslovenia durante su reciente Presidencia europea, y se fomentarán iniciativas para el desarrollo de las microempresas y las pequeñas y medianas empresas mediante el fomento de mecanismos crediticios.

Este proyecto, impulsado por Italia y España, cuenta con el apoyo de Marruecos, Túnez, Argelia y Egipto y con el interés de Francia. El objetivo, según Sendagorta, será trabajar con bancos locales de cada país para promover los instrumentos de garantías y de gestión de riesgos a fin de animarles a conceder créditos y microcréditos a estas empresas. El objetivo final es, explicó el embajadar, "ayudar a nuestros vecinos a crear empleo".

AUSENCIA DE GADAFI Y DUDAS DE ERDOGAN Y BUTEFLIKA

De momento está confirmada la presencia de 40 jefes de Estado y de Gobierno de los 43 países que integran la Unión Euromediterránea. El líder libio, Muamar el Gadai, no ha confirmado su asistencia y es casi seguro que finalmente no acuda. El presidente de Argelia, Abdelaziz Buteflika, ha anunciado que sí acudirá, pero que todo dependerá de sus problemas de salud.

Tampoco está confirmada la presencia del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, cuyo Gobierno recela mucho de esta iniciativa de Sarkozy, por considerarla una alternativa a la adhesión a la UE. Entre los asistentes estará el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas.

Tampoco está concluido el texto de la declaración final. La discrepancias más importantes están relacionadas con la crisis de Oriente Próximo. No obstante, según Sendagorta, hay un "ambiente suficientemente positivo" tras los últimos acontecimientos en la región (la tregua, ciertos avances sobre Líbano o Siria) que permiten esperar un acuerdo final.

En cuanto a la futura sede de la Secretaría de la Unión Euromediterránea, la previsión es que la decisión definitiva se adopte en noviembre. España opta a que sea Barcelona, pero también han presentado sus candidaturas Túnez, Marruecos y Malta. Algunos países europeos han propuesto que sea Bruselas.

En esta cumbre entrará también por primera vez en funcionamiento el sistema de copresidencia, con un presidente para los países de la UE --que coincidirá siempre con la Presidencia semestral de la Unión en tanto no entre en vigor el Tratado de Lisboa-- y un presidente para el grupo de países del sur que se basará en el consenso y no en un turno prefijado, para evitar problemas políticos, y que en estos dos primeros años corresponderá a Egipto.