BRUSELAS, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
Operarios de los servicios municipales de Bruselas dirigidos por la Policía terminaron de desmontar este lunes a las 11:40 de la mañana el muro de 30 metros de largo y 2,5 metros de alto con el que activistas de Greenpeace tapiaron la entrada al Consejo de ministros de la Unión Europea para protestar por el reparto de cuotas de pesca.
Las fuerzas de seguridad detuvieron a los más de un centenar de activistas que participaron en esta acción, y se los llevaron esposados en dos autobuses. Los miembros de Greenpeace opusieron una resistencia pasiva, es decir, en su mayoría se negaron a andar y fueron arrastrados por la Policía tras ser esposados.
"Cerrado hasta que se recuperen los caladeros" era el lema que se podía leer en las pancartas que llevaban los activistas. La acción se inició alrededor de las 8:30, cuando los miembros de Greenpeace, ataviados con impermeables amarillos, llegaron en un camión del que empezaron a descargar vallas metálicas y palés de bloques para construir el muro.
El personal de seguridad del Consejo trató en un primer momento de detener a los activistas, pero éstos eran más numerosos y utilizaron las vallas como escudos hasta bloquear todas las entradas del edificio. Luego ataron las vallas con cadenas y empezaron a construir el muro delante de la entrada principal, para lo cual incluso utilizaron cemento y tardaron menos de 20 minutos.
La Policía llegó al lugar más de media hora más tarde, cuando el muro ya estaba construido y el resto de accesos, incluido el utilizado por los coches de los ministros para entrar, estaban bloqueados por vallas a las que se habían encadenado miembros de Greenpeace. Ni los ministros, ni los funcionarios ni los periodistas podían entrar al edificio.
Alrededor de las 9:30 de la mañana la Policía comenzó a detener a activistas de Greenpeace y desbloqueó primero una puerta de servicio para que pudieran entrar los funcionarios. A continuación se quitaron las vallas que impedían el acceso a los coches de los ministros, con lo que el Consejo de Agricultura y Pesca pudo empezar sobre las 10:30 horas.
Sin embargo, a esa hora todavía estaba en pie el muro en la entrada principal. Las fuerzas de seguridad detuvieron a las decenas de miembros de Greenpeace que se encontraban allí, que se acostaron por tierra para dificultar esta acción, les esposaron y les dejaron allí en el suelo delante de la puerta durante más de una hora pese a que se registraban temperaturas bajo cero.
Mientras tanto, los operarios empezaron a desmontar el muro pieza a pieza, una tarea en la que invirtieron mucho más tiempo que lo que había costado construirlo. En ese momento, cuando ya la situación estaba resuelta, fue cuando llegó un mayor número de agentes de Policía e incluso un helicóptero. Sólo cuando se había desmontado el muro llegaron los autobuses para llevarse a los activistas.
