Manifestante con la bandera de la UE frente al Parlamento británico
REUTERS / HANNAH MCKAY
Actualizado: viernes, 10 noviembre 2017 17:06

BRUSELAS, 10 Nov. (EUROPA PRESS) -

El negociador de la Unión Europea para el Brexit, Michel Barnier, ha avisado este viernes a Londres de que el bloque comunitario seguirá "retrasando" el paso a la segunda fase de negociaciones del Brexit --las que permitirán dibujar el marco futuro de las relaciones y prever un periodo de transición-- si no hay concesiones por parte de los británicos en las cuestiones clave en las próximas dos semanas.

El propio Barnier ha rebajado las expectativas al inicio de la rueda de prensa que ha ofrecido junto a su contraparte, David Davis, al término de la sexta ronda de contactos, que apenas ha durado día y medio.

"No esperen hoy, en el punto en el que estamos, anuncios o grandes decisiones. Las discusiones de estos días tienen que ver con un momento de análisis profundo, aclaraciones y trabajo técnico", ha resumido el político francés.

El negociador europeo ha confirmado que el tiempo se agota si se espera de los líderes de la UE que en su cumbre de diciembre permitan pasar a la segunda fase de la negociación y ha avisado a Londres de que cuenta con apenas dos semanas para cerrar la primera etapa, cuyas prioridades son los derechos de los ciudadanos, la factura de salida y la frontera en el Úlster.

El político francés ha explicado que tras ese plazo hará un "balance sincero y real" sobre los avances logrados en los tres grandes temas de la primera fase y que si no se dan para entonces "continuaremos retrasando la apertura de la discusión sobre el futuro".

Ello afecta tanto al periodo de transición necesario para adaptarse a las nuevas circunstancias tras el divorcio, que se hará efectivo el 29 de marzo de 2019 a medianoche (hora de Bruselas), como al marco que establecerá la asociación futura.

Ante el ultimátum, Davis ha subrayado la disposición de Reino Unido a reunirse "tantas veces y tan rápido como sea necesario" para lograr un resultado positivo en las semanas que quedan hasta la cumbre de diciembre, si bien ha dejado claro que la UE debe aportar "flexibilidad, imaginación y voluntad" para que las negociaciones avancen.

"Se trata de lograr resultados y ello depende también del contenido, no sólo de la rapidez de las negociaciones", ha reprochado Davis.

"No se trata de arreglarlo todo en detalle, si hay acuerdo después habrá meses para la redacción jurídica que finalice el acuerdo, pero en lo político, técnico y financiero necesitamos un nivel suficiente de avances", ha argumentado, por su parte, Barnier.

El negociador británico ha concedido que el divorcio es un asunto "serio" en el que ambas partes deben ser "flexibles y pragmáticos", al tiempo que ha advertido de que cuestiones prioritarias como la frontera irlandesa no se podrán cerrar si no es "en el marco de las relaciones futuras".

Sobre los derechos de los ciudadanos, área en la que las partes aseguran haber avanzado significativamente pero sobre la que ambos señalan importantes elementos por resolver, el papel del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sigue siendo una de las claves que les aleja.

"Aunque compartimos los mismos objetivos, sigue siendo una prioridad clave para Reino Unido preservar la soberanía de sus tribunales cuando deje la UE", ha subrayado Davis.

DIRECTRICES PARA EL FUTURO

Los 27 tuvieron una primera reflexión el miércoles en Bruselas sobre el calendario y lo que deberá incluir el mandato negociador para la segunda fase, una discusión que sirvió también para constatar la disposición de la UE a avanzar, pero dejando claro que no tienen la "urgencia" que ha expresado Londres, según explicado fuentes diplomáticas a Europa Press.

Por el momento se trata de una discusión preliminar sobre los asuntos que deben quedar cubiertos por las futuras directrices (cuyo primer borrador se espera para el 29 de noviembre), tal y como se hizo al acotar el mandato para que Barnier negociara la primera fase, y también el periodo transitorio necesario para que las partes se adapten a la desconexión.

En este sentido, el objetivo es que el mandato para la segunda etapa se haga eco de las líneas rojas que se marcaron en las primeras directrices de abril de 2017, incluida la referencia a que "ningún" acuerdo entre la UE y Reino Unido se podrá aplicar al territorio de Gibraltar sin el consentimiento de España.

Un elemento que se recuerda en el primer documento de trabajo y sobre el que la delegación española incidió el miércoles para que se mantenga en todo papel posterior "sin cambios", han explicado fuentes europeas.

En el caso de la transición, los 27 apuntan en su primer documento de trabajo que debe ser un periodo "claramente definido y limitado en el tiempo" y estar sujeto a mecanismos claros de aplicación. No ponen número al periodo, pero recuerdan que el Gobierno de Theresa May quiere acordar dos años.

En cuanto a las relacione futuras, la UE a 27 aspira a un acuerdo "ambicioso y equilibrado" en materia comercial, que sólo podrá cerrarse una vez se produzca el divorcio y que en ningún caso contemplará un acceso parcial al mercado único.

Además aboga por establecer "salvaguardas" contra el riesgo de una competencia desleal desde Reino Unido, para evitar que pudiera relajar las reglas que afectan a fiscalidad, medio ambiente o medidas sociales al convertirse en país tercero.

El bloque también apunta el interés de que los vínculos del futuro no se limiten únicamente a la relación comercial, sino que declara su disposición a establecer alianzas en asuntos clave como la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado, la seguridad y defensa y política exterior.

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