MADRID, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Unión Europea planea aplicar un límite más estricto para las emisiones de CO2 de los automóviles, pero sopesa aplicar las nuevas exigencias en el año 2015, en lugar de hacerlo en 2012 como plantea el Ejecutivo Comunitario.
El Parlamento europeo debate hasta el próximo miércoles el plan para recortar las emisiones de CO2 de los coches, en el que se pedirá a los fabricantes que rebajen dichas emisiones hasta 125 gramos de CO2 por kilómetro mediante el uso de tecnología del sistema de propulsión, a partir del año 2015, informa el diario 'Financial Times'.
La propuesta actual de la Comisión Europea plantea reducir las emisiones de CO2 de los automóviles a 120 gramos por kilómetro en 2012 mediante el uso de tecnología de motores de los fabricantes, y en otros diez gramos adicionales con medidas complementarias relacionadas con los neumáticos, las transmisiones o el uso de biocarburantes.
Según el eurodiputado británico Chris Davies, encargado de preparar el informe para el Parlamento europeo, el límite establecido por la Comisión para aplicar las nuevas exigencias desde 2012 es demasiado precipitado, puesto que los fabricantes de coches deben programar sus inversiones para conseguir la rebaja de emisiones sólo mediante el uso de tecnología en el sistema de propulsión.
La propuesta que debate el Parlamento europeo incluye además iniciativas relacionadas con la publicidad de los vehículos. Así, plantea que al menos el 20% de los espacios publicitarios de las marcas automovilísticas incluyan información sobre las emisiones de CO2 "en un formato apropiado".
POSICION DE LOS FABRICANTES.
Por su parte, los fabricantes de automóviles europeos están dispuestos a asumir como obligación reducir las emisiones de CO2 hasta un límite de 135 gramos por kilómetro en 2015. Así lo aseguró a Europa Press el nuevo director técnico de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), Fernando Acebrón, quien indicó que la industria no será capaz sólo mediante la técnica de cumplir la propuesta de Bruselas en 2012.
En este sentido, Acebrón abogó por la implementación de una estrategia integrada, en la que no sólo se persiga la reducción de emisiones mediante los avances técnicos de los motores, sino con otras medidas ligadas a las infraestructuras, a la fiscalidad o a la forma de conducir, entre otros ámbitos.
