MADRID 22 Nov. (EUROPA PRESS) -
Varios altos cargos de la Alianza Nacional en Apoyo a la Legitimidad, coalición liderada por la organización islamista egipcia Hermanos Musulmanes, ha rechazado este jueves el llamamiento formulado por el miembro de la formación Mohamed Alí Bishr en favor de la apertura de un diálogo nacional para superar la crisis.
El líder del partido salafista Asala, Ihad Shiha, ha sostenido que "la alianza no cederá en su petición en favor de la restauración de (el expresidente Mohamed) Mursi en el poder", según ha informado el diario egipcio 'Al Ahram'.
"Rechazamos que la 'hoja de ruta' sea presentada a referéndum, ya que no reconocemos lo que ocurrió el 30 de junio (en referencia a las masivas manifestaciones contra Mursi que se saldaron días después con un golpe de Estado contra él)", ha indicado.
Fuentes de la alianza citadas por dicho diario han indicado que las palabras de Bishr, que pertenece a Hermanos Musulmanes, han provocado "conflictos" con los miembros de Asala y del partido salafista Gamaa al Islamiya.
"Varios altos cargos de Asala y Gamaa al Islamiya consideran que las palabras (de Bishr) suponen una concesión por parte de Hermanos Musulmanes en una de las principales demandas de la alianza desde su formación", han valorado.
En este sentido, el alto cargo del Partido Libertad y Justicia (PLJ) --vinculado a Hermanos Musulmanes-- Ahsraf Badr Eddin, ha recalcado que "cualquier iniciativa en esta fase no tiene valor".
"Los intentos de reconciliación nacional serán un fracaso debido a la insistencia de las autoridades en usar la violencia contra los jóvenes de Hermanos Musulmanes, así como en mantener las campañas de arrestos (contra miembros de la formación", ha remachado.
El documento publicado por Bishr en nombre de la coalición islamista, titulado 'Un punto de vista estratégico', concreta que el diálogo nacional debe producirse en un periodo de dos semanas.
El mismo supuso un cambio, ya que por vez primera desde el golpe de Estado, no exigía la restauración del Consejo de la Shura, la Cámara Alta del Senado, dominada por los islamistas, ni la reinstauración de la Constitución de 2012, suspendida desde el golpe de Estado. Incluso admitía la introducción de enmiendas constitucionales a los artículos más polémicos para lograr "un consenso más amplio".
Sin embargo, sí insistía en calificar de "golpe de Estado militar" lo ocurrido el 3 de julio con el derrocamiento de Mursi y al considerar que el Gobierno actual carece de legitimidad alguna. Así, pedía respeto para "la voluntad del pueblo egipcio, expresada en las urnas, y el respeto a la protesta pacífica".