Vaticano.- Concluye la primera fase del proceso de beatificación de Juan Pablo II, dos años después de su muerte

Actualizado: lunes, 2 abril 2007 16:47

ROMA, 2 Abr. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, G. Moreno) -

La Iglesia celebró hoy la clausura de la fase diocesana del proceso de beatificación del Papa Juan Pablo II con una solemne ceremonia en la Basílica romana de San Juan de Letrán, que fue presidida por el cardenal vicario del Papa, Camillo Ruini, y a la que asistieron más de 5.000 fieles.

Con este acto, la diócesis de Roma entregó los documentos y testimonios recogidos desde que se inició el proceso a la Congregación vaticana para las Causas de los Santos, que será la encargada de aprobar la beatificación del Papa polaco.

La clausura de la fase diocesana se llevó a cabo el mismo día en que se cumplen dos años de la muerte de Juan Pablo II, cuyo proceso se inició el 28 de junio de 2005, dos meses después de su fallecimiento y gracias a la dispensa concedida por su sucesor, Benedicto XVI, para que la causa pudiera empezar sin necesidad de esperar a los cinco años de rigor que deben transcurrir entre el fallecimiento de la persona y el comienzo del proceso de beatificación.

Durante su discurso, Ruini resaltó la "fuerte, íntima y profunda relación personal de Karol Wojtyla con Dios", que se convirtió en "el principio, el centro y la cúspide" de su vida. El trato íntimo de Juan Pablo II con Dios "no dejó de crecer, robustecerse y dar frutos en todas las dimensiones de su vida", aseguró.

"Nos encontramos en presencia del misterio", señaló, "del misterio del amor de predilección con el que Dios Padre amó a este muchacho polaco, lo unió a sí y lo mantuvo en esta unión, sin ahorrarle las pruebas de la vida", explicó.

Ruini hizo referencia así a las dificultades que tuvo que superar el Papa polaco a lo largo de toda su vida, desde la muerte de su padre durante la invasión nazista de Polonia y los años de represión comunista, hasta el difícil encargo de sacar adelante la Iglesia durante la época del postconcilio o la enfermedad, que le acompañó en los últimos años de su vida.

Según el cardenal, Dios amó a Wojtyla "asociándolo siempre de nuevo a la cruz de su propio Hijo", Jesucristo, pero "dándole también el valor de amar esa cruz y la inteligencia espiritual para ver, a través de ella, el rostro del Padre".

SU ALEGRÍA DERIVA DE LA CERTEZA DE SENTIRSE AMADO POR DIOS.

Así, "la certeza de ser amado por Dios y con la alegría de corresponder a ese amor, Karol Wojtyla encontró el sentido, la unidad y el propósito de su vida", de modo que "todos los que le conocieron, de cerca o solo de lejos, se sintieron impresionados por la riqueza de su humanidad, de su plena realización como ser humano", señaló.

Por todas estas razones, el vicario del Papa, concluyó que es "todavía más significativo" el hecho de que "esa plenitud de humanidad coincida, al final, con su relación con Dios, en otras palabras con su santidad". Los fieles congregados en la catedral de Roma acogieron las palabras de Ruini con un caluroso y prolongado aplauso, que precedió al fin de la ceremonia.

EL MILAGRO DE LA BEATIFICACIÓN.

Entre los asistentes a la ceremonia, estaba la monja francesa Marie-Simon-Pierre, de 46 años, que fue presuntamente curada de Parkinson gracias a la intercesión de Juan Pablo II. Este milagro deberá ser examinado por una comisión médica y otra teológica, y, si se verifica, podría impulsar la definitiva beatificación de Wojtyla.

Durante la fase diocesana, el postulador de la causa, Slawomir Oder, ha recogido cerca de 130 testimonios, al tiempo que se han examinado todos los escritos de Wojtyla, tanto los publicados antes como después de su elección papal.