Acusado de inducir a menores a prostitución sadomasoquista en Gran Canaria dice que él era el "único obligado"

Actualizado: lunes, 24 mayo 2010 17:54

Afirma que una niña le extorsionó con difundir un vídeo por Internet

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 24 May. (EUROPA PRESS) -

Un militar acusado de presuntamente inducir a niñas a la prostitución sadomasoquista en su vivienda en Arucas y en una oficina en Las Palmas de Gran Canaria afirmó hoy que él "estaba convencido de que eran mayores de edad", al tiempo que destacó que él era el "único obligado" a prostituirse porque supuestamente una de ellas le tenía amenazado con difundir un vídeo suyo por Internet.

"En realidad al que obligaron a prostituirse fue a mí", aseguró durante el juicio celebrado en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas A.M.L., brigada del Ejército del Aire y de 54 años de edad, acusado de cinco presuntos delitos de inducción y favorecimiento de la prostitución, por los que la Fiscalía le pide 25 años de prisión, mientras que la defensa solicita su libre absolución.

Negó haber conocido a dos de las chicas --que tenían entre 13 y 15 años-- durante el año 2004, sino que, según él, se las presentaron en 2006 porque estaban interesadas en comprar una vivienda suya en Arucas. Así pues, éstas fueron a visitar la casa acompañadas por "dos chicos" --aunque posteriormente explicó que uno era en realidad una joven--. "Ellas eran dos chicas guapísimas con minifalda y botas con tacón", relató.

Si bien en un principio rechazó haber manteniendo una relación sadomasoquista con ninguno de ellos a cambio de dinero y "menos de este tipo", luego se derrumbó. Explicó que en un momento dado, tras decirles que vendía el piso por "36 millones de las antiguas pesetas", los cuatro se sentaron en el suelo y le invitaron a que él también lo hiciera "para llegar a un acuerdo".

"ESTABA DESEANDO COMÉRMELAS"

Así, "los dos chicos se levantaron y se fueron" y él se sentó entre las dos chicas. "Una estaba a cada lado, me echaron el aliento y me excité. Yo estaba deshecho porque estaban buenísimas. Soy humano y me decían: "Déjanos dos milloncitos menos" y les empecé a bajar el precio. Sinceramente caí. Yo estaba excitado, estaba a cien. Estaba deseando comérmelas. Le pido perdón a mi mujer. Ellas me desnudaron. Hubo una relación de pasión", aseguró el acusado entre lágrimas.

Posteriormente, según su versión, estas personas le mostraron una cinta de vídeo y le extorsionaron exigiéndole 8.000 euros. Tras recibir esta amenaza se dirigió a una caja fuerte, donde cogió una pistola porque "las quería matar", pero no lo hizo.

"Hacía todo lo que ellas decían porque tenían un vídeo mío grabado. Me dijeron que lo colgarían en Internet y no lo denuncié", insistió A.M.L., que nunca antes había realizado estas declaraciones ante la policía ni en el juzgado. Acusó a una de las menores de ser "la dueña de todo" y de amenazarle con que le proporcionara 600 euros "todos los meses a cambio de no hacer público lo que pasó".

Igualmente, negó que en agosto de 2008 contactara con esta joven porque había montado un "negocio" en la capital grancanaria, en el que presuntamente ofrecía a clientes relaciones sexuales sadomasoquistas para las que contaba con varias chicas no identificadas y que se habían marchado, por lo que "tenía necesidad de nuevas chicas para continuar con el negocio".

Arguyó que ella era quien le "decía que sacara fotos en Internet" y que le había facilitado números de teléfono de posibles clientes.

El 4 de septiembre de 2008, el acusado se desplazó hasta una zona de la capital grancanaria donde sabía que solía ir esta chica y su novia, que entonces tenía 17 años, quienes en este momento estaban con otras dos amigas de 16 años.

ASPIRANTES A ACTRIZ O MODELO

Una vez allí, según las víctimas, les enseñó una carpeta con fotografías de prácticas sexuales sadomasoquistas y les dijo que podían ganar hasta 1.000 euros si trabajaban para él manteniendo ese tipo de relaciones.

Igualmente, les propuso hacerles un 'book' e incluirlas en una página web que tenía como tapadera de su negocio, en la que "aparecían como aspirantes a actriz o modelo, prometiéndoles llevarlas a diferentes medios de comunicación para darlas a conocer".

Acuciadas por la necesidad económica, las tres amigas accedieron a mantener relaciones sexuales con los clientes que el acusado les fuera llevando a un piso en la capital grancanaria, al que llamaban "la oficina".

"NO SABÍA QUE ESTABAN EN CUARTO DE LA ESO"

Para ello las anunció en un periódico en diversas ocasiones y las incluyó en otra página web que había configurado, en las que explicaba los servicios que ofrecían. Sin embargo, según el acusado, él no era el que regentaba "el negocio", sino que era una de las adolescentes.

En dicho local donde se llevaban a cabo las sesiones, cada chica tenía una libreta donde apuntaba sus trabajos y "el dinero se repartía a partes iguales".

Dijo desconocer cuántas trabajaban en el piso y negó que, para evitar los problemas que había tenido con las anteriores, las buscara entre familias desestructuradas y con problemas económicos.

A.M.L., además, llamaba por teléfono a sus conocidos y les ofrecía a las tres menores para tener relaciones sexuales sadomasoquistas. "Iba a buscarlas a las puertas de sus casas y me obligaban a besarlas. Ellas iban a estudiar a la Universidad, no sabía que estaban en cuarto de la ESO", apostilló.

Cuestionado sobre si él practicó relaciones sexuales sadomasoquistas con las menores, eludió contestar y se limitó a responder que eso corresponde a su "intimidad personal".

De hecho, para darle una "apariencia de legalidad" al negocio y mantener la confianza de las menores, el acusado firmó con todas ellas un "contrato de representación", para el cual tuvo a su disposición el documento nacional de identidad de las mismas, por lo que "supo en todo momento" la edad que tenían, según las víctimas.

Por el contrario, él dijo que vio sus DNI y que en ellos aparecía que tenían "entre 28 y 29 años". Así, cuestionó entonces si se trataba de documentos "falsos". "Yo y todos los clientes estábamos convencidos de que eran mayores de edad. Me engañaron y me lo dieron por escrito, firmado con su puño y letra", añadió llorando.

"ESTABAN ENTRENADAS YA"

Igualmente, rechazó haber informado a las chicas sobre cómo realizar las prácticas porque "en los vídeos ya se veía" y "ellas estaban entrenadas ya". También negó haberlas amenazado con matarlas.

"Si las hubiera querido matar ya las hubiera matado. Nunca las amenacé, las he tratado con cariño. Ellas siempre iban juntas y muy contestas", afirmó.

Por su parte, las víctimas, que declararon en calidad de testigos visiblemente nerviosas y algunas de ellas tras un biombo, sostuvieron que el procesado era "el jefe" y sabía "perfectamente" que eran menores de edad, así como indicaron que participaron en las sesiones "de forma voluntaria", motivadas por "necesidades económicas".

De hecho, una de las chicas dijo que le pareció extraño que una prima suya tuviera "tanto dinero en muy poco tiempo", por lo que se interesó y accedió a practicar una sesión con el acusado, quien le pagó alrededor de 100 euros. "Él se lo estaba pasando bien, no estaba obligado", remarcó.

Otra de las chicas, que cuando ocurrieron los hechos tenía 14 años de edad, reconoció que "cuando necesitaba dinero le llamaba a él", que le pagaban entre 200 y 400 euros. "Él sabía mi edad porque yo se lo había dicho", apuntó, así como indicó que el procesado le mostró vídeos para enseñarle lo que tenía que hacer.

Por otro lado, la joven a la que A.M.L. acusa de amedrentarle señaló que tenía entre 15 y 16 años cuando le conoció y también accedió "por dinero". Rechazó haber grabado alguna sesión con él e hizo hincapié en que el procesado le telefoneaba con frecuencia para que le consiguiera otras chicas que tuvieran relaciones con él, sin que ella le presentase a nadie. "Yo nunca le he chantajeado ni le he dado teléfonos de hombres", sentenció.