La Consejería de Sanidad propone medidas básicas para la alimentación durante el verano en Canarias

Actualizado: lunes, 4 agosto 2008 18:15

SANTA CRUZ DE TENERIFE, 4 Ago. (EUROPA PRESS) -

Sanidad ha propuesto observar 10 pasos básicos para una correcta alimentación en verano entre los que se ha incluido manipular los alimentos de forma higiénica, cocinarlos y conservarlos a la temperatura correcta, tomar especial precaución en la adquisición y consumo de huevos, entre otras medidas

Así se recoge en un comunicado en el que la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias ha aportado una serie de recomendaciones a la población dirigidas a evitar las posibles consecuencias que puede producir el calor sobre las alimentos, tales como intoxicaciones, salmonelosis, gastroenteritis y otros males típicos del verano.

Desde Sanidad se ha destacado que la alimentación en verano se modifica respecto al resto del año, ya que el número de calorías que se precisa es menor y la necesidad de hidratación es mayor por lo que el cuerpo agradece en esta época un aporte de comidas ligeras y refrescantes.

Por ello, Sanidad ha aconsejado el consumo de frutas y verduras de temporada, con un elevado contenido de agua y otros nutrientes esenciales para nuestro organismo. Su aporte de fibra permite que saciemos el apetito sin que nos pese, se ha subrayado en la nota. Además, su riqueza en antioxidantes naturales protege nuestra salud. No se trata de comer menos en verano, pero sí de seguir una dieta distinta.

Respecto a la preparación de los alimentos en casa, es imprescindible extremar las medidas de higiene. Es necesario manipular los alimentos de forma higiénica para evitar la contaminación de los alimentos, para lo que es imprescindible cumplir con unas pautas de higiene en la manipulación: el lavado de manos frecuente y siempre después de ir al servicio; protegerse las heridas de las manos; mantener limpios los utensilios que se vayan a utilizar; y evitar cualquier contacto, directo o indirecto (superficies, cuchillos, tablas, etc.) de los alimentos crudos con los alimentos cocinados o preparados.

Durante el cocinado se debe aplicar calor suficiente para garantizar la destrucción de posibles los gérmenes. Es particularmente peligroso que las carnes de aves y las carnes picadas queden crudas o poco hechas.

No se debe dejar los alimentos preparados expuestos a temperatura ambiente, ya que las temperaturas ambiente elevadas favorecen la rápida multiplicación de las bacterias y la formación de toxinas en los alimentos. Cuando los alimentos cocinados o preparados no se consuman de inmediato, es imprescindible mantenerlos en caliente, o bien conservarlos en frío.

TEMPERATURAS Y ALIMENTOS.

Los alimentos se pueden mantener en caliente, siempre y cuando la temperatura de mantenimiento sea por lo menos de 65 grados centígrados en el centro interno del alimento. Asimismo, si un alimento ya cocinado o preparado no va a ser consumido a continuación, se procederá cuanto antes a su refrigeración o a su congelación.

Los alimentos cocinados que se conserven en frío, antes de su consumo deben ser calentados con rapidez y alcanzar una temperatura igual o superior a 65 grados centígrados en el centro interno del alimento. Si se trata de alimentos que se consumen en frío, se deben consumir sin demora, una vez sacados del frigorífico, a fin de evitar toda situación que favorezca la multiplicación bacteriana.

Los alimentos que se consumen en crudo o poco hechos suponen un mayor riesgo, dado que estos alimentos no se benefician del efecto germicida del calor del cocinado. Por ello se deben tomar precauciones especiales, como son: comprar las materias primas en buenas condiciones de frescura, observando que cumplan las normas de presentación, conservación y, etiquetado; congelar el pescado para evitar la presencia de parásito anisakis. Lavar los vegetales de consumo en crudo (ensaladas y frutas) con agua potable y una o dos gotas de un desinfectante apto para ello.

RIESGO DE SALMONELLA

En Canarias los brotes de toxiinfecciones alimentarias en 2007 alcanzó la cifra de 22, con 204 personas afectadas. El mayor número de brotes se produjo por salmonella, con 106 personas afectadas, y el huevo o sus derivados estuvo implicado en el 38% de los brotes.

Por ello, la Consejería de Sanidad ha insistido en la nota en la necesidad de prestar una especial atención a la manipulación de este alimento y tomar precauciones como: no adquirir huevos cuya cáscara presente suciedad, fisuras o roturas; guardarlos en el frigorífico; evitar que los huevos crudos entren en contacto con otros alimentos; no lavar la cáscara del huevo, ya que podemos favorecer la penetración de gérmenes al interior del mismo, entre otros.

No hay que olvidar que los animales pueden ser portadores de gérmenes patógenos y ser el origen de la contaminación de los alimentos, por lo que las mascotas y animales domésticos no deben estar en las cocinas ni cerca de los alimentos. Hay que evitar los focos de atracción de insectos y roedores (basuras, alimentos sin protección, agua estancada, etc.)

Para la preparación de alimentos debe emplearse agua apta para el consumo humano, procedente de la red pública, o de otro origen, siempre que sea potable. En caso de que existan dudas de su potabilidad, habrá que desinfectar el agua mediante hervido o con la adición de lejía que sea apta la desinfección del agua y dosificada según instrucciones del envase.