SANTA CRUZ DE TENERIFE, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Fundación 'Tenerife Rural', que preside el consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca, José Joaquín Bethencourt, ha otorgado recientemente la certificación de Calidad 'Tenerife Rural' a la finca La Isleta, en Tegueste.
Este es un reconocimiento a aquellas explotaciones que se puedan visitar, cuya actividad esté directamente relacionada con el medio rural y que tengan una alta integración medioambiental, social y cultural, según informó el Cabildo tinerfeño.
Esta certificación convierte a estas fincas en referentes "modélicos" que contribuyen a la sensibilización directa de todos los sectores de la población, de manera que fomenten la política que hoy en día lleva el Cabildo insular de preservar la cultura rural, evitar la pérdida de actividades tradicionales, y valorizar a ojos de la sociedad, una actividad que forma parte de la idiosincrasia de la isla.
La red de Calidad de la Fundación Tenerife Rural se ha organizado incorporando lugares que contribuyan a la diversificación y desarrollo de la economía del mundo rural, priorizando aquellas con mayores efectos de sinergia; que promuevan la conservación y revalorización del patrimonio etnográfico, cultura y natural del medio rural y que utilicen la innovación tecnológica como instrumento para mejorar la gestión de los recursos.
Finca La Isleta fue fundada en 1869 y atesora una "fructífera" actividad vitivinícola desarrollada en el municipio de Tegueste. Hoy en día, sus descendientes mantienen viva esa tradición con unas instalaciones bien conservadas y una producción de vinos muy valorados pertenecientes a la Denominación de Origen Tacoronte-Acentejo. Estos vinos, blancos, tintos y malvasía son producidos por los descendientes del antiguo fundador mediante procesos tradicionales con uvas de las viñas cultivadas en la propia finca y de otras viñas plantadas en el término municipal de Tegueste.
La conservación de la antigua casa de los colonos de la Finca y de los diferentes ambientes del resto de la propiedad ha permitido combinar la actividad productiva con su apertura al público. En ella se pueden descubrir la multitud de especies frutales y de otras plantas autóctonas, así como las distintas variedades de viña y, por supuesto, degustar sus sabrosos vinos. Por todas estas características, Finca la Isleta es un lugar idóneo para la celebración de originales actos, reuniones de empresa y particulares.
Tomás González Melián fue el primer propietario de la finca que pagó, en 1869, dos mil escudos de oro por la hacienda El Nuevo, de tres hectáreas y media y a la que llamó Finca La Isleta. La explotación, como era habitual en aquella época, estaba dedicada a distintos cultivos, y su nuevo propietario, y después sus descendientes, preocupados por modernizar y rentabilizar su propiedad, exploraron nuevas posibilidades de cultivo, como cítricos, café o caña de azúcar, aunque el vino fue siempre la principal producción.
