LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 26 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Cabildo de Gran Canaria, con la colaboración del Gobierno de Canarias, el Instituto Canario de Igualdad y la Fundación Yrichen han abierto el proyecto Maday, un centro para acoger a mujeres que han sufrido violencia machista y tienen algún tipo de adicción.
De esta manera, la casa contará con un presupuesto anual de 260.000 euros, de los cuales el Instituto Canario de Igualdad financia con 121.378 euros y el Cabildo de Gran Canaria con 133.621 euros, previstos para 2021 y 2022, ha informado en una rueda de prensa el presidente de la institución insular Antonio Morales.
El presidente insular ha definido la iniciativa como una "casa de acogida terapéutica" asegurando que va a dar una "respuesta estratégica hasta ahora inexistente", convirtiéndose de esta manera en el tercer centro de acogida a nivel nacional con estas características.
El centro contará con 13 plazas, entre las que se contemplan los hijos de las mujeres acogidas, que según la directora del Instituto Canario de Igualdad, Kika Fumero, "también necesitan especial atención", contando con un "acompañamiento personalizado", así como un "refuerzo" educativo.
Por su parte, la consejera de Igualdad del Gobierno de Canarias, Noemí Santana, quiso aportar el dato de que aproximadamente el 60 por ciento de las mujeres que consumen cualquier tipo de sustancias y además han sido violentadas, fueron víctimas de abusos sexuales durante su infancia o adolescencia, pudiendo llegar al 90 por ciento en algunas zonas.
"Muchas veces la violencia de género conlleva una situación de adicción" o viceversa ha afirmado la consejera de Igualdad del Cabildo de Gran Canaria, Sara Ramírez, quién además ha apuntado que su Consejería cuenta con 633.000 euros para ayudas económicas a mujeres víctimas de violencia machista.
Finalmente, el presidente de la Fundación Yrichen, Jorge Hernández, opinó que "es un problema de equidad", no de igualdad cuando se trata de una especificidad como la que el programa Maday va a tratar, asegurando finalmente que incorporar la perspectiva de género en el tratamiento de las adicciones supone un "gran reto" que desde la organización ven "más entusiasmados que asustados".
