El obispo de Tenerife invita a mantener la esperanza y a ser "constructores de paz" en el día de la Patrona de Canarias

Archivo - Eloy Santiago toma posesión como nuevo obispo de Tenerife
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Europa Press Islas Canarias
Publicado: viernes, 15 agosto 2025 14:22

SANTA CRUZ DE TENERIFE 15 Ago. (EUROPA PRESS) -

El obispo de la Diócesis Nivariense, Eloy Alberto Santiago, ha invitado este viernes durante su homilía en la solemne eucaristía con motivo de la festividad de la Virgen de Candelaria a mantener viva la llama de "la esperanza" ante la "dura y triste" realidad que actualmente dejan los conflictos y situaciones difíciles que atraviesa el mundo. "La fe nos anima, como María, a la esperanza, abriéndonos al futuro con realismo, pero sabiendo que en él está Dios, como estuvo en el de María, como ancla segura a la que aferrarnos", ha señalado.

En su intervención, Eloy Santiago ha apuntado a que en el combate entre "el mal y el bien, en el cada uno de nosotros se encuentra cada día", La Virgen de Candelaria nos "invita a mantener encendida la luz de la esperanza" porque, ha incidido, la victoria "es de Cristo, esa esperanza que no defrauda, esa de la que nosotros estamos llamados a ser signo". Por ello, en un contexto difícil, ha animado a ser constructores de paz.

Así, ha invitado a que nos abramos, con fe, "confiados al Dios de la promesa", para vivir con esperanza, pues "en esperanza fuimos salvados".

Ha recordado que la Virgen María descubrió, precisamente, el cumplimiento de las promesas de Dios a lo largo de su vida y al término de la misma, y por ello, en esta jornada, en la que se celebra su Asunción, ha destacado y recordado que "todos estamos llamados a la resurrección, a la victoria sobre la muerte", para vivir una vida "nueva y plena".

"Estamos llamados a ser signos de esperanza, a transformar los signos de los tiempos actuales en signos de esperanza. Así, como pedía el recordado Papa Francisco, que el primer signo de esperanza se traduzca en paz para el mundo", ha incidido el obispo Eloy Santiago, que, suscribiendo las palabras de fallecido Pontífice, se ha cuestionado "cómo es posible que, ante el grito de auxilio" de quienes sufren violencia en el mundo "no se impulse a querer poner fin a los numeros conflictos regionales, conscientes de las consecuencias mundiales que estos tienen".

LOS CONFLICTOS ALREDEDOR DEL MUNDO

"Las imágenes que nos llegan son de conflictos que se perpetúan con el paso del tiempo... No son solo Ucrania, Rusia, Gaza e Israel, cuyas imágenes no dejan de llegar a nuestros ojos ante una aparente pasividad o indiferencia de quien se acostumbra, tristemente, de forma insensible, a ver el dolor y la muerte ajena (...). Son muchos los lugares del mundo donde existen conflictos, terrorismo, violencia, guerras, muerte y destrucción. Es interminable el listado de países en los distintos continentes, pero esta violencia no está tan lejos", ha destacado.

Así, el obispo de Tenerife ha recordado también esos otros conflictos que se encuentran "en barrios y hogares de Canarias", y que pasan por la "violencia doméstica, especialmente contra la mujer y los niños, la agresividad de nuestros jóvenes en centros educativos, y de algunos grupos de personas en celebraciones lúdicas, hasta los broncos debates políticos de nuestros representantes por falta de diálogo y entendimiento".

También ha destacado las consecuencias y los efectivos negativos que tienen, en la actualidad, los discursos "fundamentalistas, ideologizados, y poco evangélicos" de algunos cristianos, así como las "actitudes de marginación, desprecio y xenofobia" ante el otro, el diferente, en especial contra los migrantes, además de la "proliferación de juegos y películas cargadas de violencia, odio, sangre y muerte que alimentan la mente de nuestros adolescentes y jóvenes". Todo ello, ha dicho, supone "un caldo de cultivo" que alimenta el odio, la violencia y la intolerancia.

Por ello, ante "esta dura y triste realidad", el obispo de Tenerife ha animado a "no caer en la desesperanza y el desánimo", si bien eso no significaría vivir "de forma utópica e ilusoria". "La fe nos anima, como María, a la esperanza, abriéndose al futuro con realismo, sabiendo que en él esta Dios, como estuvo en el de María, como ancla segura a la que aferrarnos", ha señalado.

Ha invitado por ello a los fieles a ser "constructores de paz" porque, ha continuado, los que "trabajan por la paz son los que serán llamados a ser hijos de Dios", que siempre supondrá la edificación de "un orden justo y en caridad". "La paz sigue siendo ese gran don de Dios necesario para nuestro tiempo, para nuestro pueblo. Hoy, acudamos a nuestra madre, la Virgen, con ese deseo de que ella sea la que reine la paz en nuestros corazones, con el deseo de que también la Iglesia sea un lugar de paz, que favorezca el diálogo y la comunicación, y donde se cuide el perdón".

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