SANTA CRUZ DE TENERIFE, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
El pintor tinerfeño Hugo Pitti inaugura este viernes la exposición 'El arte de lo oculto' en la Casa de Canarias de Madrid. La muestra, que reúne veintiún óleos sobre lienzos y tablas de pequeño y mediano formato, permanecerá abierta al público hasta el 10 de febrero. La iniciativa cuenta con el respaldo de 'Canarias Crea', el programa del Gobierno Autónomo para el fomento de la cultura del Archipiélago en el exterior.
En esta ocasión, el hilo conductor de las obras de Pitti son la brujería y el misterio, según informó el Ejecutivo canario. El autor indaga en el terreno de lo oculto y no duda en asumir altas cotas de barroquismo para hacer frente a la fantasía y el surrealismo inherentes al tema. Tampoco duda el artista en introducir elementos propios de imaginario isleño, como el gallo negro que se aparece a los caminantes solitarios en medio de la noche y cuya irrupción suele asociarse con el diablo. Eso sí, la canariedad del mito rinde pleitesía a la desbordante imaginación de Pitti, que lo convierte en un ser antropomórfico, medio gallo, medio persona, que a su vez se presenta a una mujer con cuerpo de ganso.
La fusión entre figuras animales y humanas es una constante en esta exposición, donde también destaca el uso de colores intensos, surgidos directamente del tubo y sin apenas mezclas. Los óleos se decantan definitivamente por la vertiente más lúdica del ocultismo, rehuyendo de los tonos oscuros para apostar por un insólito colorido de ouijas, péndulos y bolas de cristal. Azules y rojos predominan en el universo mágico de Pitti, donde tienen cabida seres marinos practicando vudú o leyendo su futuro en los posos del café.
Tal y como destacó Paloma Herrero, académica correspondiente de Bellas Artes de San Fernando, las obras de 'El arte de lo oculto' "están plenas de movimiento, en especial ondulado, y el surrealismo alcanza su grado máximo en todas las escenas". Para Herrero, "Hugo Pitti es un moderno Arcimboldo", el pintor de la corte de Viena de los emperadores Maximiliano I y Rodolfo II, célebre por sus retratos formados por vegetales, frutas, peces y otros animales, pero sin perder su forma humana.