Trib.-(Ampl.)La Fiscalía mantiene 14 años de cárcel para un acusado de agredir sexualmente a una mujer en Gran Canaria

Actualizado: martes, 8 julio 2008 16:08

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -

La Fiscalía mantuvo hoy la petición de imponer la pena de 14 años de cárcel para un acusado de agredir sexualmente a una mujer en Santa Lucía de Tirajana (Gran Canaria), a quien presuntamente amenazó con un cuchillo de cocina para mantener relaciones sexuales, circunstancia que el hombre negó durante el juicio.

El procesado, identificado como M.M. --mayor de edad y natural de Marruecos, indocumentado y en situación irregular en España--, aseguró que las relaciones fueron "consentidas" en el juicio celebrado en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas, que ha quedado visto para sentencia.

El acusado manifestó que sobre las 11.00 horas del 26 de enero de 2007 se encontraba con la joven en el domicilio que ambos compartían junto con el novio de ella y otro varón más en la localidad del sureste grancanario, y admitió haber mantenido relaciones sexuales con ella "sin problemas y porque ella quería también".

El varón negó haber cerrado el pestillo de la puerta del dormitorio y dijo que estaban "todas las puertas abiertas", así como que las relaciones íntimas fueron "normales como cualquier pareja".

Asimismo, negó haber amenazado a la chica con un cuchillo de cocina y apuntó que después de haberla penetrado en dos ocasiones el bajó a la calle a comprar un paquete de tabaco y luego se encontró con ella, que le dijo que la "dejara en paz". El acusado entró, por tanto, en contradicción, ya que en su anterior declaración judicial negó los hechos porque, según él, "tenía miedo de ir a la cárcel".

ELLA NO QUERÍA "PONERLE LOS CUERNOS" A SU NOVIO.

Por su parte, la víctima, de 20 años de edad y natural del municipio de Gáldar, al norte de la isla, declaró detrás de un biombo por "miedo" a su presunto agresor y rompió a llorar en varias ocasiones durante el interrogatorio.

Comentó que conoció a su novio --también natural de Marruecos-- en diciembre de 2006 y en el período en el que ocurrieron los hechos se estaba quedando en la vivienda de éste en Santa Lucía. Agregó que el día de la supuesta agresión su pareja se fue a trabajar y ella permaneció en la casa y se puso a jugar a las cartas con los otros dos varones, que, en un momento dado, "hablaron entre ellos" y uno se fue mientras que el otro, el acusado, le pidió a ella que fuera a la habitación a buscar cigarros.

En un principio, ella se mostró reticente, pero finalmente accedió y cuando se encontraba sentada en la cama él entró, cerró la puerta y le dijo que le "gustaba mucho" y que quería mantener relaciones sexuales con ella, que se negó porque "quería" a su novio y "no le quería poner los cuernos", aseguró.

Seguidamente, la joven le empujó, pero él le dio la vuelta y le colocó un cuchillo "grande" de cocina en el cuello y le pidió que se desnudara para, a continuación, mantener relaciones, relató. Al terminar la primera vez, ella logró salir de la habitación y responder a una llamada telefónica de su madre, a quien aseguró que estaba "bien".

No obstante, añadió que, al colgar el teléfono y comprobar que la puerta de salida de la vivienda estaba cerrada, él la volvió a empujar a la habitación y supuestamente la agredió sexualmente de nuevo.

Al terminar, regresó el otro hombre con el que compartían la vivienda y éste también le dijo a la chica que fuera a la habitación, pero ella, "asustada", salió corriendo y logró huir, según su versión.

LA ESPERÓ FUERA DE UNA TIENDA.

La joven llegó a un bazar donde pidió a la dependienta que la ayudara y la escondiera en el almacén, ya que en el exterior permanecía M.M. esperándola, aunque se negó a llamar a la Policía porque su novio "no tiene papeles".

El acusado reconoció que esperó a la joven fuera de un establecimiento porque la notó nerviosa y "no sabía por qué estaba enfadada", al tiempo que indicó que se fue del lugar al ver a agentes de la Guardia Civil porque tenía miedo porque estaba en situación irregular y carecía de documentación.

La víctima admitió que tras ocurrir lo acontecido requirió de ayuda psicológica pero dejó de asistir a las sesiones porque "no quería recordar", al tiempo que manifestó que aunque sabe que él "está preso" le da "miedo ir por la calle". Por su parte, la dependienta y la mujer que alertó a la Guardia Civil aseguraron que la chica "estaba muy alterada, tensa y llorando".

El otro varón con el que compartían piso no acudió a declarar como testigo, mientras que sí declararon seis agentes de la Guardia Civil que intervinieron en el auxilio de la joven y la detención del acusado en las inmediaciones del domicilio. Según uno de los agentes, la chica tenía "los rasgos típicos de una víctima de agresión sexual" durante su declaración policial.

Asimismo, los tres peritos testificaron y el médico forense que reconoció a la víctima señaló que ésta "no tenía lesiones ni genitales ni extragenitales" y "no se comprobó ningún tipo de violencia", aunque destacó que "es compatible la ansiedad" que sufría la joven "con lo que estaba reviviendo y relatando". Otro de los peritos subrayó que el cuchillo en el cuello de la joven podía haberle causado la muerte.

Por ello, además de la pena privativa de libertad, la fiscal reclamó que, en concepto de responsabilidad civil, el procesado indemnice a la víctima con 6.000 euros en concepto de indemnización por los daños causados.

La acusación pública resaltó que la víctima mantuvo en todo momento su declaración "sin ningún tipo de ambigüedad ni contradicción", por lo que estimó que "todo lo que ha manifestado ella es verosímil", a diferencia del acusado, que "incurrió en contradicciones", apostilló.

En cambio, el letrado de la defensa, Francisco Peñate, solicitó la libre absolución para su cliente por considerar que las relaciones sexuales "fueron consentidas" y la joven denunció "por temor a que su novio se enterase".