LOGROÑO 22 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia Provincial de Logroño ha condenado a J.I.G. a seis años de cárcel y una multa de 40.000 euros por un delito contra la salud pública, después de que la Guardia Civil le sorprendiera con con droga valorada en 20.751 euros. No obstante, el juez considera que no usaba a su hijo para el tráfico, tal y como afirmó el Fiscal.
La sentencia considera probado que el 15 de diciembre de 2006 el acusado se encontraba en el polígono Cantabria de Logroño, acompañado por su hijo de 16 años. Ambos estaban montados en un vehículo de alta gama esperando clientes para venderles droga.
La Guardia Civil, al sospechar de su actitud, se le acercó y, en ese momento, el padre pasó al hijo dos bolsas negras y un fajo de billetes. Los agentes se encontraban en funciones de vigilancia antiterrorista.
La Guardia Civil encontró en el interior de los paquetes 75 bolsitas de plástico con casi 41 gramos de heroína, 36 bolsas con 20 gramos de cocaína y un trozo de hachís de 1,32 gramos.
En la guantera del coche había, además, dos navajas grandes con una hoja de dieciséis centímetros y cuatro teléfonos móviles, que los utilizaban, al parecer, para la actividad de la venta de drogas.
El coche que conducía el acusado estaba a nombre de una tercera persona, que reconoció que no era suyo, y que también tenía a su cargo otros cinco vehículos, todos de alta gama y pagados con las ganancias de la droga, según el fallo judicial.
El menor declaró en el juicio que las sustancias no pertenecían a su padre y se la había entregado otra persona desconocida para llevarla a un centro comercial. No obstante, la Audiencia considera que esta declaración "carece de veracidad", ya que "el valor de sustancia tóxica hace impensable que sea entregada a una persona que no participa del tráfico".
Por último, indica que "no ha quedado acreditado que el acusado utilizase al menor para llevar a cabo" la venta de droga, sino que, al ser descubierto, trató de ocultarla y, por eso, se la entregó al niño.