Chelo Valgañón de Fonzaleche (La Rioja) una apasionada restauradora de tractores antiguos

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ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE AMIGOS DE LA MAQUINARIA AGR
Publicado: viernes, 8 marzo 2019 12:52

   LOGROÑO, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Chelo Valgañón, afincada en Fonzaleche (La Rioja), es una de las pocas mujeres aficionadas al coleccionismo y restauración de tractores antiguos. Aunque profesionalmente no se dedica al campo, le apasiona el mundo de la maquinaria agrícola antigua. De hecho, ha señalado que disfruta conduciendo su viejo tractor, que heredó de su padre, quién sí ejerció de labrador.

   "Quizá porque mi padre lo compró el mismo año en que yo nací; él le tenía un gran aprecio, y ese cariño me lo supo transmitir", ha relatado Valgañón, que vive en la pequeña localidad riojana, situada próxima a Haro, y de gran tradición vinícola, por lo que tanto ella y sus hermanas ayudaron en el negocio familiar agrícola y conocen su dureza.

   Valgañón es actualmente la única mujer que pertenece a la Asociación Española de la Maquinaria Agrícola. Se asoció en 2017 coincidiendo con la celebración de una ruta organizada en esta región, y de la que guarda un gran recuerdo.

   Animada por Carmelo Echapresto, uno de los miembros de la directiva de la asociación, recorrió la ruta a bordo de su Guldner, tractor de origen alemán de los años 50 y que no es muy habitual en el parque móvil español. "Mi padre lo compró cuando yo nací. Me recordaba siempre que mi edad era la que el tractor llevaba en casa; por eso está muy presente en mi vida, es como un hermano", explica. Ella heredó este vehículo y lo ha restaurado, sobre todo en su aspecto exterior, "porque de motor estaba muy bien", asegura Chelo, que insiste: "Era algo que apreciaba mucho mi padre, y me trasladó ese cariño". "Lo arreglas, lo coges un día, dos, y ahora me encanta... salgo con él al monte todas las semanas".

   Recuerda cómo de niña acompañaba a su padre y sus hermanas en el tractor, sentadas sobre un pequeño banco, y sujetas con un cinto para que no cayeran al suelo.

   Ahora ya no se conforma con un tractor y el pasado otoño convenció a su marido para adquirir otro: un MacKormick, también histórico.