Condenan a veintiún años y medio de cárcel a los autores del asesinato de Vara de Rey

Actualizado: lunes, 15 febrero 2016 17:48

   LOGROÑO, 15 Feb. (EUROPA PRESS) -

   El juez de la Audiencia Provincial de La Rioja ha condenado a veintiún años y medio de cárcel a cada uno de los autores del asesinato de Vara de Rey, 67. La sentencia contra A.V.A 'El Velas' y F.J.L, de 29 años de edad, les impone 18 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía y tres años y medio más por un delito de robo con violencia en casa habitada en grado de tentativa.

   Además, la sentencia les impone 160.000 euros en concepto de responsabilidad civil, a lo que se unirá el pago de las costas del juicio, que se celebró del 1 al 3 de febrero, por unos hechos que sucedieron el 17 de febrero de 2014.

   El Fiscal pedía para ellos 21 años y medio de cárcel por ambos delitos - condena que finalmente ha sido la fijada por el juez-, mientras que la acusación particular solicitaba 25 años de prisión por un delito de asesinato y 3 años y medio más, por un delito de robo. Las defensas únicamente solicitaban 18 meses de cárcel por un delito de robo en casa habitada en grado de tentativa.

   La sentencia, que podrá ser recurrida ante el Tribunal Supremo, recoge que a ambos se les compensará la pena con el tiempo ya pasado en prisión. Se encuentran recluidos desde el día de los hechos.

   En el fallo se recoge que la víctima, MC.C.I., de 53 años, que vivía sola en el segundo piso de Vara de Rey, 67. Sus parientes, madre y hermano, habían "sido incapacitados judicialmente, siendo tutor de ambos por sentencia firme la Fundación Tutelar de La Rioja".

   DECÍA QUE TENÍA MUCHO DINERO

   Ésta "no tenía relación estrecha con ninguno de sus vecinos", a los que cuando se encontraba por la escalera o ascensor "les solía hacer comentarios alusivos a que tenía mucho dinero, o acerca de los negocios que decía tener". Ello, unido a su aspecto, había hecho que el vecindario pensase que podía "padecer algún trastorno", si bien "gestionaba con total independencia su persona y patrimonio".

   Por su parte, uno de los asesinos, A.V.A., residía en el mismo edificio que la víctima, desde mediados de 2012, con su novia, sin que tuviera un "medio licito de vida", y según el fallo "vivía esencialmente del dinero que les proporcionaba la hermana de ésta última".

   Aunque, se indica que no tenía mucha relación con la víctima, si que en alguna ocasión había estado en la vivienda de la asesinada "para examinar el telefonillo por haberse estropeado el suyo". A partir de ahí, éste se convenció que su vecina "tenía mucho dinero", y decidió "apoderarse de lo que tuviera en casa, y hacerlo cuando ella estuviera dentro".

   El joven intentó convencer a un amigo suyo para que participase en "algo serio", si bien éste desistió. En ese momento, convenció al segundo condenado, F.J.L.M., que tenía conocimientos de artes marciales, para participar en el robo.

   El plan ideado por el primero era llamar a cara descubierta, con el "pretexto de que comprobar el telefonillo" de la víctima. Una vez dentro, el segundo "la reduciría e inmovilizaría, y procederían a registrar la casa llevándose lo que de valor pudiera haber y además, valiéndose para ello de toda la violencia que fuera necesaria". Querían sacar a la fallecida la información bancaria y el número "pin" de las libretas bancarias y de las tarjetas de crédito.

   DISPUESTOS A MATAR

   La sentencia recoge, que tenían previsto, tras ello, marcharse "asegurándose en todo caso del modo que fuere que nadie les pudiera luego identificar." A tal fin, "el tener que matar" a la vecina "era contemplado de esta forma por los acusados como algo que seguramente sería necesario" para evitar su identificación, algo que "estaban dispuestos a llevarlo a cabo".

   De acuerdo con el plan prediseñado, aproximadamente sobre las 15,45 horas del día 17 de febrero de 2014, después de comprar una caja de guantes de látex en un supermercado cercano, los condenados se dirigieron a casa de la víctima. Llevaban también consigo con el fin de consumar sus propósitos, entre otros elementos, unas bridas atadas en forma de pulsera o esposas con el fin de inmovilizarla, un calcetín con el cual eventualmente silenciar sus posibles gritos de auxilio, y cinta aislante.

   Una vez en el rellano, llamaron a la puerta de la fallecida, y cuando abrió le dijeron que tenían que examinar el telefonillo. La víctima que conocía a su vecino, les dejo pasar. Una vez dentro, F.J.L.M., "de súbito e inesperadamente la agarró fuertemente bien por el cuello, bien por los hombros, inmovilizando completamente sus movimientos, e inmediatamente ambos acusados la llevaron arrastras por la fuerza por el pasillo hasta el dormitorio".

   Ya en el dormitorio, la lanzaron al suelo boca arriba, y sin que se sepa si es que la víctima pedía auxilio, hizo algún movimiento defensivo o porque podía identificarles, "empezaron a desplegar actos dirigidos a acabar con la vida" de ella "asumiendo cada uno de los acusados los actos que el otro ejecutaba".

   Así, "la golpearon en la cara una vez con mucha fuerza con una pesada figura de escayola de unos treinta centímetros", al tiempo que la intentaban "asfixiar" con la alfombra. A ello, se unió una fuerte comprensión tanto en el cuello como en el tórax que provocó "la muerte por sofocación, estrangulación y compresión toraco-abdominal".

   Manchados con la sangre de la víctima, tanto en los guantes como en una cazadora, comenzaron a buscar cuanto de valor tuviera ésta en casa, realizando un "minucioso" registro. Cuando en un momento dado, al registrar el armario del hall principal, encontraron la tapa metálica de una caja enclaustrada en la pared, creyendo que era una caja fuerte, que finalmente resultó ser una sistema de seguridad, que al ser manipulado, emitió avisos a la central de alarmas, y ésta última a la Policía.

   Los acusados, al percatarse de la llegada de la policía trataron de huir juntos del lugar, saliendo ambos al balcón del salón, y desde allí, a través del alfeizar, pasaron los dos al balcón o terraza del piso vecino, donde fueron detenidos. Al serlo, dijeron junto a ellos había dos rumanos, que "se lo habían jugado", si bien en el domicilio de la víctima, tan solo encontraron su cadáver.