"Los padres deben dejar a los hijos la posibilidad de fallar, porque sin fracaso, no hay oportunidad de crecer"

Un padre, caminando de la mano con sus dos hijos.
Un padre, caminando de la mano con sus dos hijos. - Joaquin Corchero - Europa Press
Europa Press La Rioja
Publicado: domingo, 5 febrero 2023 12:27

   LOGROÑO, 5 Feb. (EUROPA PRESS) -

   "Sin fracaso no hay oportunidad de crecer". Por eso, los padres no deben hiperproteger a sus hijos, sino que "deben dejarles la posibilidad de fallar", guiándoles "con seguridad" y "poniendo límites", pero sobre todo, educándoles "con cariño".

   Así lo aconseja la coordinadora del Máster en Orientación Familiar Educativa de UNIR, Carmen Martínez Conde, quien, en una entrevista con Europa Press, ha apuntado que la sobreprotección parental "hace que los niños pierdan la capacidad de exploración, que es muy necesaria también para su crecimiento".

   La experta reconoce que, en la actualidad, hay "hiperpadres, que piensan mucho en que a sus hijos no les pase nada, y que no sufran". Algo, en cierta medida, comprensible "porque es cierto que en la sociedad de hoy en día, hay más riesgos que los que parecía haber antaño, y eso da más vulnerabilidad".

   Se unen, además, a su juicio, ciertos comportamientos también de estos últimos tiempos, "en los que prima la inmediatez en conseguir todo", frente a la que ha valorado "la cultura del esfuerzo, enseñarles a trabajar para conseguir sus metas".

   Por eso, y aunque señala que "está claro que educar no es una tarea sencilla", sí que Martínez Conde aboga por "una mayor formación, hay que trabajar más el aprendizaje como error y huir del perfeccionismo". Es en este ámbito en el que la experta destaca la importancia de "poner límites, pero desde la cercanía y el cariño" con los hijos.

   Con todo, advierte que si esto se lleva demasiados lejos, "si los hijos están hiperatendidos, pierden la capacidad de exploración, que es esencial para poder crecer". "Deben ir de la mano de los padres, que les dan seguridad, pero a la vez, es necesario que los padres demos a los hijos la posibilidad de fallar", afirma.

   La inmediatez en la consecución de resultados lleva a otro problema, a juicio de la experta UNIR, el que supone la "intolerancia a la frustración", un comportamiento muy extendido en diferentes ámbitos, y en el que pone como ejemplo el deporte: "parece que perder está mal, pero hay que entender que perder forma parte del juego".

   "Hay que ayudar a los hijos a crecer como personas maduras y responsables -asegura-. Y precisamente, en una sociedad como la nuestra, orientada hacia el individuo, esa intolerancia a la frustración conduce a la falta de madurez, a ser intolerante, porque no se reconocen los defectos como propios, y los errores acaban siendo de los demás, nunca de uno mismo".

   Hacer dependientes a los hijos, añade, "les genera inseguridad y miedo, piensan que no tienen capacidad para enfrentarse a las cosas", cuando, precisamente, la vida es "estar abierto a los errores, sentir curiosidad sin tener complejos por la posibilidad de fallar, pensar que si no se puede por un camino, ya habrá otro".

   Por eso, Carmen Martínez Conde concluye que "sin fracaso, no hay posibilidad de crecer, eso es la resiliencia, la capacidad de vencer a las dificultades y de salir fortalecido con ello". Considera necesario "tener esperanza, que nos falta, hay que vivir las cosas con alegría e incidir en qué somos útiles para los demás y para la sociedad".

   "La solución es educar con firmeza, estableciendo límites, y con protección para ayudar a los hijos a entender el mundo dándoles seguridad. También conociendo a los niños, con el desarrollo evolutivo de cada uno y entendiendo su individualidad. Pero siempre, educando desde el cariño, muchísimo cariño", finaliza la experta de UNIR.

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