LOGROÑO 14 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los precios al consumo en La Rioja han aumentado este mes un 0,3 por ciento, alejando la tasa interanual de términos negativos, colocándola en 0,1 por ciento. La importante subida que ha registrado el capítulo de 'Vestido y Calzado' debido al cambio de temporada (los precios se han incrementado un 2,2 por ciento), así como 'Vivienda' y 'Enseñanza' han permitido un alza general en los precios; una situación que, sin embargo, "no impide que la comunidad cuente ya con un IPC acumulado de -1,2 por ciento, manteniéndose en serio riesgo deflacionista", ha señalado UGT en un comunicado.
En términos nacionales, es la primera vez en cuatro años que la inflación subyacente se coloca en términos negativos (-0,1 por ciento), fiel reflejo de la peligrosa situación en la que nos encontramos. Un escenario deflacionista en nuestra economía, asediada de amenazas internas y externas, sería un escenario muy complicado de cambiar. A pesar del triunfalismo del Gobierno, la supuesta reactivación de la economía que apuntan algunos indicadores macroeconómicos no parece haberse trasladado a los hogares españoles.
El consumo de los hogares no puede recuperarse básicamente por tres razones: por la pérdida de poder adquisitivo de sus rentas, por la falta de fluidez del crédito y por el todavía elevado endeudamiento al que están sometidos.
Y los datos son evidentes. Entre 2010 y 2013, el salario medio por trabajador ha perdido 7,1 puntos de poder de compra. Los datos del primer trimestre, a pesar de la baja inflación, muestran una pérdida adicional de dos décimas. Por su parte, el salario mínimo interprofesional también ha caído en términos reales en esa etapa: desde 2010 acumula una pérdida de poder adquisitivo de 5,1 puntos. A este escenario de moderación de los precios también contribuye la continua caída de costes laborales en los últimos años.
En definitiva, estamos ante un "riesgo cierto de instalarnos en una situación deflacionista muy perjudicial". Una inflación en niveles moderados "es positiva", porque "permite mejorar la competitividad empresarial y ayuda a que los salarios ganan poder de compra". Pero la recuperación de los precios "no puede convivir con la paralización de la demanda". La reactivación de nuestra economía requiere de una reactivación del consumo de las familias, que "solo será posible si aumenta el empleo, y si además se da un crecimiento real de los salarios de los trabajadores".