Unas 250 personas encienden la primera vela de Janucá en la plaza de la Villa de Madrid

Celebración del Janucá en Madrid
CASA SEFARAD ISRAEL
Actualizado: miércoles, 1 diciembre 2010 21:31

Casa Sefarad organiza una exposición sobre la Fiesta de las Luces en su nueva sede de la calle Mayor

MADRID, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -

Unas 250 personas se han congregado este miércoles en la plaza de la Villa de Madrid para encender la primera vela del Janucá judío, la Fiesta de las Luces en la que se conmemora el milagro ocurrido tras la expulsión de los sirios del Templo de Jerusalem, cuando la vela necesaria para purificarlo se mantuvo encendida durante ocho días a pesar de tener aceite para uno solo.

Retando al frío y la humedad que esta tarde se han apoderado del centro de la capital, más de cien personas se han movido al ritmo de la música hebrea con la que se celebra el 25 de Kislev, la primera noche de Janucá del año 5771, y han disfrutado del té, los 'sufganiot' (una especie de buñuelos rellenos de mermelada) y los 'servivonim' (las peonzas típicas de la fiesta).

El acto ha comenzado con un baile de la israelí Maayan Erez Ankaua al ritmo de una canción sefardí, a la que han seguido el encendido de la primera vela de Janucá, el 'shamash', que ha llegado a la plaza en manos de Yael Amran y a través de un pasillo formado por adolescentes judíos.

Una niña ha sido la encargada de encender, con el 'shamash', la vela de la primera noche en la 'januquía' (el candelabro de nueve brazos), al son de los cantos litúrgicos tradicionales 'Maoz Tzur' que ha entonado el rabino de la Comunidad Judía de Madrid (CJM), organizadora del evento por tercer año consecutivo en la capital.

Luego, la venezolana Melissa Bernald Langer ha cantado 'Yerushalaim Sep Zahav', un canto a la tierra de Israel, y Johana Benarroch y Agustina Gansiewicz han leído un mensaje en nombre de los jóvenes judíos de Madrid, pidiendo que "la luz nazca de la oscuridad y la esperanza y la libertad de la opresión, para hacer un mundo más justo y solidario".

Para cerrar el acto, la bailarina de flamenco Shoshi Israeli ha danzado al son de 'Hime Ma tov Umanaim', interpretado por el grupo musical Raksedonia, que ha continuado interpretando diferentes canciones populares hebreas para deleite del público.

EXPOSICIÓN EN CASA SEFARAD

Antes, se había inaugurado en la Casa Sefarad-Israel la exposición 'Festividades Judías y sus objetos litúrgicos', que hasta el 8 de enero buscará acercar la cultura hebrea a los madrileños.

Para ello, se muestran en la nueva sede de la institución en la calle Mayor carteles, candelabros, velas, artículos de artesanía, varias Toráh y otros libros religiosos, acompañados por explicaciones, y también se incluyen en la muestra objetos más caseros como las recetas para cocinar los alimentos típicos de las fechas.

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha asistido a la celebración. Ataviado con el tradicional 'kipá', el primer edil madrileño ha recordado que "Madrid no existe sino se entiende a través de la presencia de la comunidad judía", y ha reconocido que España, y también su capital, han sido "injustos con una parte de sí misma".

"Ésa es la peor de las injusticias, pero los errores deben enseñarnos el camino del futuro. Hoy Madrid se reconoce a sí misma y corrige la injusticia de haber segregado a una parte de su identidad. Que Janucá sirva para iluminarnos a todos y para aportarnos la esperanza de que los milagros pueden ocurrir. No hay nada imposible para una comunidad que cree en sí misma. Feliz Janucá", ha apostillado el primer edil.

DARSE A CONOCER

Por su parte, el vicepresidente del CJM, David Hatchwell, ha señalado que, "lo que hoy parece una obviedad no lo es" porque "encender una vela de Hanucá en público o de cara el exterior, como indica el ritual, no fue posible en España durante cinco largos siglos".

"España se automutiló exiliando una parte importante de su población, y así perdió durante mucho tiempo uno de los pilares fundamentales que enriquecen a las sociedades: la diversidad", ha explicado, argumentando a renglón seguido que "hoy Madrid es una capital mundial donde la diferencia de creencias, orígenes y puntos de vista es valorada".

Eso ha hecho posible que los judíos de Madrid se sientan "parte intrínseca de una ciudad donde la creencia en la liberad del individuo no es una mera declaración, sino una manera de sentir que sin duda conlleva a actuar".

Aun así, Hatchwell ha señalado que todavía es necesario que los judíos de la España del siglo XXI sigan trabajando para que se les "conozca" y, así, "acabar con los estereotipos afincados profundamente en la memoria colectiva de 500 años de intolerancia". "Para ello, a pesar de ser pocos en Madrid (unos 6.000), hacemos esfuerzo por darnos a conocer, y hoy en Madrid se conocerán un poquito más las tradiciones y valores judíos", ha apostillado.

Por último, ha recordado que Janucá es la celebración de "un milagro divino y del triunfo de la espiritualidad sobre el materialismo, la victoria de unos pocos hombres convencidos de sus ideales y de su código ético frente al imperio que les impedía practicar libremente sus creencias".

"Los judíos, a través de diferentes diásporas, hemos visto a grandes imperios que han querido eliminarnos físicamente por nuestra visión del mundo. Ha costado sacrificios, pero el restablecimiento de Isreal hace 62 años es un triunfo de la memoria y la perseverancia frente al exilio. Por eso la celebración de hoy es más importante: el recuerdo de todos los que perecieron por la intolerancia está con nosotros en un día de suma alegría", ha añadido.

Para concluir, el vicepresidente de la CJM ha citado al físico Albert Einstein, quien dijo que "la oscuridad es la ausencia de luz y el mal es la ausencia de bien". "Hoy encendemos la vela de Janucá con la plegaria de que su luz siga guiándonos para convertirnos día a día en mejores personas", ha concluido.

Al acto también han asistido los embajadores en España de Estados Unidos, Alan D. Solomont; de Francia, Bruno Delaye; de Israel, Raphael Schutz; y el Director de Casa Sefarad-Israel, Diego de Ojeda.

LA FIESTA DE LAS LUCES

La llamada fiesta de las luces o Janucá evoca un acontecimiento ocurrido hace 2.200 años, en el 165 a.C., según el Libro de los Macabeos. Cuenta que, durante años, los sirios helenizados no permitieron que los judíos de Israel cumplieran los preceptos de la Torá, y les impedían practicar sus costumbres y modos de vida, aniquilando su identidad.

Para luchar contra el autoritarismo de las prácticas impuestas, los Macabeos organizaron una revuelta contra Antíoco, el rey de los sirios, que supuso, tras 20 años de lucha, la recuperación del Templo profanado.

Para que el Templo volviera a convertirse en un lugar sin ídolos, apto para el culto judío, era necesario encender el candelabro o 'menorá'. Cuenta la tradición que se encontró provisión de aceite puro sólo para un día, pero milagrosamente la luz se mantuvo encendida durante ocho, el tiempo suficiente para que llegara mas provisión de aceite, reflejando optimismo y esperanza.

La fiesta de Janucá recuerda este milagro y se celebra con el encendido de velas: una la primera noche, dos la segunda, y así hasta que al final la última jornada arden todas en un candelabro especial de nueve brazos que adopta el nombre de Januquía. El Shamash es la novena vela, que enciende cada una de las restantes cada noche.

Esta festividad suele coincidir en el calendario hebreo con la Navidad cristiana y, como ella, tiene también un fuerte carácter festivo, familiar e infantil. Este año, el inicio de la fiesta es el día 1 de diciembre.