MADRID, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las 48 cámaras de videovigilancia del barrio de Lavapiés estarán instaladas definitivamente el día 22 de diciembre, aunque entrarán en funcionamiento sólo cuando reciban la aprobación de la Comisión de Videovigilancia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM).
Así lo anunció hoy el concejal de Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Pedro Calvo, durante la presentación en la Delegación del Gobierno de la campaña de seguridad y movilidad de Navidad.
Calvo cree que estas cámaras conseguirán un mayor control de la zona con el fin de erradicar "aquellas actividades y comportamientos ilegales que con frecuencia vienen dándose en este entorno". "El funcionamiento de estas cámaras, pendiente de la aprobación de la Comisión de Videovigilancia, y que siempre van a preservar la intimidad de los viandantes, ayudará a recuperar un espacio para los ciudadanos y dará respuesta a una reiterada reivindicación vecinal", indicó.
En este barrio, la videovigilancia tiene como objetivo proteger a vecinos y turistas de los rateros, las 'kundas' de la droga y los grupos violentos en una zona donde hay una importante población inmigrante, elementos antisistema y algunos miembros cercanos en ciertos aspectos a radicalismos religiosos.
En concreto, las calles que se verán beneficiadas por esta medida serán Embajadores, Ribera de Curtidores, glorieta de Embajadores, Santa Ana y Tirso de Molina, por lo que también los visitantes de El Rastro quedarán cubiertos por este nuevo sistema de seguridad, que se sumará a las dos nuevas comisarías de la plaza de la Luna y de Embajadores, al aumento de la presencia policial en la zona y a las unidades policiales a caballo que patrullan por el barrio desde hace varios meses.
APOYOS Y CRÍTICAS DE VECINOS Y COMERCIANTES
Desde el comienzo de la instalación de las cámaras, un grupo de vecinos de Lavapiés inició en Internet una campaña contra el sistema de videovigilancia en el barrio a través de la convocatoria de un concurso de carteles, así como otros actos subversivos. Esta iniciativa ha sido puesta en marcha por el autodenominado colectivo 'Lavapiés 1984. Un barrio feliz', que ha colocado desde hace unos meses decenas de pegatinas por muchas calles de la zona bajo el lema 'No a la videovigilancia. Sonríe, te están grabando'.
"Muy pronto 48 cámaras de videovigilancia van a convertir tu barrio en un gueto, el Gran Hermano particular de tu vida, tu intimidad, tu libertad. Cuando pasees, okupes, beses, te saques un moco, serás filmado para la posteridad", señalaron los vecinos anticámaras.
En este sentido, consideran que las cámaras no garantizarán la seguridad en la zona, sino en un "sistema de control policial en una zona conocida por su disidencia y oposición a los mecanismos del poder". Además, estos vecinos críticos con la videovigilancia no creen que se beneficien los comercios de la zona, sino más bien al contrario.
"Sospechamos que las pequeñas tiendas de toda la vida comenzarán a desaparecer, los contratos de alquiler dejarán de renovarse y las calles comenzarán a mercantilizarse a manos de nuevas empresas prestadoras de servicios y franquicias que irán adquiriendo progresivamente los locales e imprimiendo una imagen más 'cosmopolita' y posmoderna, pero también más deshumanizada. Ya lo hemos visto en otros barrios como Malasaña o el barrio de las Letras", señaló uno de los vecinos en el blog.
Por el contrario, la Federación de vecinos y comerciantes Madrid Centro criticó que aún existan "ciudadanos que parecen estar felices con los actos antisociables que en el mismo se dan". El presidente de la Federación, Florencio Delgado, que agrupa a la mayoría de la asociaciones del distrito, señala que las cámara mantendrán la doble utilidad "de disuadir o de eficaz ayuda para la eliminación de actos delictivos y vandálicos que en dicho barrio de nuestra ciudad frecuentemente se dan".
Por eso, Madrid Centro apoya "completamente" esta iniciativa del Ayuntamiento de la capital, ya que fue una de las organizaciones que ha solicitado su implantación, "después de haber constatado la eficacia habida en otras zonas de la ciudad como ha sido en la Plaza Mayor o en la Zona de Montera-Ballesta".
La Federación entiende que si algún colectivo vecinal pretende trabajar por la mejora de un determinado barrio, en referencia a 'Lavapiés 1984', debe hacerlo "en positivo", es decir, "colaborando con todo tipo de actividades culturales o formativas que a buen seguro enriquecerían la plurinacionalidad del barrio, en vez de ser solamente críticos y fustigadores que solo traerán enfrentamientos, con quienes solamente tratan de conseguir la mejor de las relaciones y convivencia social".
