MADRID, 4 Jun. (EUROPA PRESS) -
Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) cifró hoy en 28 minutos la media de retrasos hasta las 18.30 horas el aeropuerto de Madrid-Barajas, donde se realizó esta mañana un vuelo de calibración del sistema de aterrizaje instrumental (ILS) en la pista 18-R, lo que obligó a su cierre y a limitar las llegadas a 32 frente a las 46 habituales, indicaron fuentes del ente público a Europa Press.
Los controladores culparon hoy a AENA del "caos" generado en Barajas al tener que realizar esta evaluación, en el último día del plazo establecido, lo que obligó a cerrar dos pistas, con retrasos de "hasta dos horas" en algunos casos, tanto en las llegadas como en los despegues.
La prueba, establecida entre las 11 horas y las 15 horas, finalizó a las 14.15 horas, tres cuartos de hora antes de la hora prevista para culminar dicho vuelo.
AENA aclaró que la calibración en esta pista del sistema ILS --que sirve de ayuda a la navegación en condiciones de baja visibilidad-- estaba programada para el miércoles día 2, pero "dado que era festivo en Madrid, y tal y cómo habían solicitado algunas aerolíneas, se pospuso a este viernes", en el caso de que hubiese configuración Sur, condición indispensable para ello.
Asimismo, el gestor aeroportuario recordó que en febrero se realizó la calibración de este sistema en la pista 18-L y que el plazo para realizar dicha comprobación en la pista 18-R finalizaba "en tres semanas".
"Si no se calibra en el plazo determinado los equipos de ILS pueden darse de baja, pero no la pista, ya que se trata de una ayuda a la navegación aérea para operar en condiciones de baja visibilidad y ahora en Madrid no es época de nieblas", indicaron las mismas fuentes.
Para calibrar los sistemas de aterrizaje de estos equipos que dan servicio a estas dos pistas, de las cuatro que tiene el aeropuerto madrileño, la dirección del viento debe Sur ya que, en la configuración habitual en Barajas, que es Norte, son de despegue y no de llegada.
Los vuelos de calibración, que se realizan cada seis meses, se enmarcan dentro de los protocolos de mantenimiento periódicos establecidos por la Organización de Aviación Civil (OACI).
El vuelo de calibración consiste en un avión laboratorio, equipado con la tecnología adecuada, que simula varios aterrizajes en el aeropuerto para evaluar los datos de dicha instalación.
AENA realiza estos vuelos de calibración en fin de semana o "días valle", como hoy, para afectar "lo menos posible" a las operaciones.
