MADRID, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Sindicato Independiente de Tripulantes de cabina de Pasajeros de Líneas Aéreas (SITPLA), uno de los convocantes de la huelga de tripulantes de Iberia, junto a CTA apuntó hoy que los vueltos de la compañía están operando "con absoluta normalidad", puesto que se "está cumpliendo estrictamente con los servicios mínimos".
El presidente de SITPLA, Antonio Escobar, señaló en declaraciones a Europa Press Televisión, que los convocantes de la huelga no quieren "que los usuarios sufran más molestias" que las que estrictamente implican los dos días de paro convocados para hoy y mañana.
En este sentido, Escobar pronosticó que los mayores problemas para los viajeros y las mayores complicaciones se pueden producir en la jornada del martes, motivadas por las rotaciones de los empleados que deben cumplir los servicios mínimos establecidos.
Desde el SITPLA, criticaron la información "insuficiente" que está ofreciendo la compañía Iberia a los usuarios. "Anoche muchos pasajeros estaban recibiendo la primera noticia de la cancelación o la modificación de su vuelo", quiso dejar claro Escobar. "Si Iberia no ha administrado los tiempos, todos tendremos que hacer examen de conciencia", aseveró.
TRANQUILIDAD EN LA T-4 DE BARAJAS.
El ambiente esta mañana en la T-4 del aeropuerto de Madrid-Barajas, donde está previsto que se cancelen 210 vuelos entre hoy y mañana, era de tranquilidad. Antonio, uno de los afectados, señaló que había que ser "tremendistas" y que "el mundo está muy complicado", después de que le informaran de que su vuelo a Roma se produciría dos horas y 20 minutos más tarde.
También sufrió las consecuencias de la huelga de los tripulantes de cabina, Fernando, quien vio que su vuelo con salida desde Madrid y con destino a Tel Aviv (Israel) se retrasaba 13 horas. La principal queja de este viajero era que la aerolínea "sólo" le ofrecen "comida y cena", una compensación de Iberia que le parecía escasa.
Por último, Gabriel, otro usuario, que en su caso viajaba a París, mostró su críticas a la situación creada con la manutención de los turistas. "Tengo que comer y cenar, y no me dan nada", recalcó. "Todo lo que se trate de operarios, no informa nadie", insistió, mientras esperaba un vuelo que estaba previsto no sufriría ningún retraso en su salida, pero sí en la escala en París, que se prolongaría entre dos y doce horas, dependiendo de las conexiones.
