Foto: AYUNTAMIENTO DE MADRID
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La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha hecho balance de sus tres años de mandato en la rueda de prensa de la última Junta de Gobierno de 2014, donde ha destacado que dejará el Ayuntamiento con "parte de la deuda pagada", lo que se traduce en "oportunidades" ciudadanas presentes y futuras, a lo que se sumará que se irá de Cibeles con sus compromisos cumplidos, con la reducción de impuestos y el aumento de la inversión, gracias a una "política valiente".
"Creo que quien acceda a la Alcaldía, ojalá sea de mi partido, se encontrará con un Ayuntamiento con una gran transformación urbana hecha en los últimos años y con parte de la deuda pagada", ha señalado, respaldada por el portavoz municipal, Enrique Núñez, y acompañada por los integrantes de su Junta de Gobierno.
Botella ha tomado la palabra recordando que la situación que se encontró en 2011, cuando accedió a la Alcaldía tras la salida de Alberto Ruiz-Gallardón para ocupar la cartera de Justicia, era "crítica".
Ejemplo de ello es que se tardaba hasta "medio año" en pagar las facturas a los proveedores. "No podíamos atender los compromisos del pago de la deuda y no cubríamos las necesidades de financiación con nuestro presupuesto, con unos ingresos que cayeron en 1.600 millones por la crisis", ha descrito.
Entonces abanderó la decisión de "atajar la situación urgentemente", un trabajo que "no fue grato" pero que resultaba "vital". Pasaba por sanear las finanzas municipales con "una política valiente de disciplina presupuestaria".
Eso se ha traducido, tres años después, en pasar de abonar las 100.000 facturas en 269 días a cinco, algo "nunca visto" en el Ayuntamiento. Esto tiene consecuencias en el bolsillo de los ciudadanos, que se ahorran intereses de demora.
También ha puesto en valor que, gracias a la apuesta por la austeridad y la premisa de gastar sólo lo que se ingresa, el balance de las cuentas municipales ha pasado del déficit al superávit presupuestario. Además la deuda se ha reducido en 3.000 millones de euros. Esa cifra, en palabras de la primera edil, "no son sólo números, eso es lo de menos, son oportunidades para personas, ahora y en el futuro".
Igualmente ha hecho hincapié en que la ciudad funciona con 500 millones menos de gasto corriente con la nueva forma de contratar los servicios y la reducción del sector público. "Creemos que los ciudadanos quieren administraciones más pequeñas y pagar menos impuestos", ha destacado. La municipal ha pasado de estar compuesta por 21 empresas en 2011 a 14 en 2014.
STOP A LA SUBIDA IMPOSITIVA DURANTE UNA DÉCADA
Otra de sus grandes bazas ha sido el aumento de la inversión, que no es más que aumento de la calidad de vida, y la reducción impositiva ya que "donde está mejor el dinero es en manos de los ciudadanos". Todo ello tras una "década" de subidas en los impuestos "de manera ininterrumpida", que tuvo como consecuencia "una transformación urbana nunca hecha". Tampoco se ha olvidado de las bonificaciones del Madrid Tax Free o el restablecimiento de los beneficios fiscales para las herencias en el Impuesto de Plusvalía.
En cuanto a las recientemente aprobadas ordenanzas fiscales, Botella ha remarcado la reducción de un 10 por ciento en los impuestos, lo que supone "340 millones de euros más en los bolsillos de los ciudadanos". En este punto, la alcaldesa ha hecho una defensa cerrada de la política económica del Gobierno de la Nación, sumándolos a los 3.000 millones de ahorro para los ciudadanos con la reforma fiscal.
Ana Botella ha aseverado que tanto ella como su equipo seguirán trabajando "hasta el último momento de este periodo". En su última Junta de Gobierno en Navidad, la regidora ha resaltado que han cumplido con su "deber", que es "lo más importante".