Los 'botelloneros' son poco conscientes de las molestias que generan y critican "el alto precio" del ocio nocturno

Actualizado: domingo, 27 noviembre 2011 13:31

MADRID, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -

Los madrileños que practican 'botellón' son poco conscientes de las molestias que general y critican el coste de la oferta nocturna, según un estudio realizado por el Ayuntamiento de la capital y Controla Club y que fue expuesto por el director general del Instituto Municipal de Consumo, Ángel Sánchez, en el VI Simposio de Actividades Lúdicas y Recreativas celebrado esta semana.

El estudio fue el resultado del trabajo de 22 mediadores durante varios meses en las zonas de marcha de Moncloa, Malasaña y Tribunal y en puntos de práctica de botellón. Participaron más de 500 locales nocturnos, a 94.000 personas en los puestos de información y a 110.000 personas en la vía pública.

La campaña tenía como objetivo conocer y concienciar sobre las molestias generadas por las personas que salían de fiesta. Así, se realizaron también 1.142 encuestas. El 95 por ciento de los participantes recibió con mucho interés esta información y se mostraron colaborativos, indicó Sánchez.

El estudio se dividió en tres segmentos para pulsar lo que opinaba el público, los residentes y los hosteleros. En el segmento de personas que salían de marcha, el 56 por ciento considera beneficioso el ocio nocturno, pero critican el alto precio del mismo y la suciedad, basuras, griterío y molestias que generan, por este orden.

Entre las recomendaciones para evitar esta problemática, consideran que debe mitigarse los ruidos y molestias y seguir con campañas de concienciación sobre el descanso por los vecinos.

Por su parte, el 52 por ciento de los residentes en la zona de marcha creen que el ocio nocturno es una actividad beneficiosa para la economía madrileña y sólo un 15 por ciento de ellos lo consideran problemático o muy problemático. Los vecinos apuntan que el principal problema es la suciedad y las basuras, luego el griterío y en tercer lugar las molestias.

De hecho, el 80 por ciento de ellos considera que el ruido es un factor muy importante y culpan de ellos a las concentraciones provocadas por el botellón (dan 3,43 puntos sobre 5), la suciedad, el problema de los aparcamientos y los ruidos y molestias.

Por último, el 85 por ciento de los empresarios del ocio nocturno consideran que su actividad es muy beneficiosa para la economía y un 2,7 por ciento la considera problemática. En este ámbito piensan que el primer problema es la salud, el segundo el tráfico y el tercero los delintos y la violencia.

El 82 por ciento de los dueños de los locales consideran el ruido como un factor importante, mientras que sólo el 5 por ciento afirman que es poco o nada importante. Reconocen que los locales tienen algo de culpa por la concentración de personas en la entrada, pero aseguran que la culpa la tiene fundamentalmente el botellón.

El 71,3 por ciento de los propietarios de estos establecimientos de la noche afirma que nunca ha sufrido una queja de los vecinos, por lo que los problemas se concentran en un determinado número de locales. Entre las soluciones, insisten en apoyar la campañas de concienciación tanto contra el ruido como contra la mezcla de bebida y conducción.

ENCUESTA SOBRE RUIDO E INSONORIZACIÓN

Por otro lado, en el simposio también se ha hecho pública la encuesta de AECOR sobre ruido e insonorización 2010, que revela que el 52 por ciento de los ciudadanos opina que no es molesto el ocio nocturno, el 22 por ciento lo considera poco molesto y el 10,5 por ciento excesivamente molesto.

En este sentido, se quejan más del ruido provocado por las aglomeraciones de personas que del generado por el propio local. Así, en el interior de sus viviendas, el 60 por ciento consideran nada molesto de ruido de bares y discotecas aunque al que le afecta le afecta mucho.

El 59 por ciento le resulta molesto el ruido provocado por otros vecinos, el 24 por ciento el ruido del exterior y el 15 por ciento el de las propias instalaciones del edificio. Dentro de la contaminación acústica provocada por los vecinos, el volumen de la radio y/o la televisión es desagradable para el 40 por ciento; las conversaciones en voz alta, para el 26 por ciento; los trabajos de bricolaje, para el 16 por ciento; los muebles arrastrados, para el 4 por ciento; y el ruido de electrodomésticos, para el 1 por ciento.

Del ruido proveniente del exterior, los encuestados consideran que el peor es el tráfico (votado por el 56 por ciento), seguido de las obras (22 por ciento), la gente (el 13 por ciento) y el tráfico aéreo (5 por ciento). El 7 por ciento opinan que la hora que más ruido perciben es entre las 8 y las 14 horas, el 25 por ciento entre las 14 y las 22 horas y el 68 por ciento entre las 22 y las 8 horas.

Por último, el 87 por ciento no está satisfecho con el aislamiento acústico de su vivienda, al 96 por ciento le gustaría acondicionarla pero sólo el 10 por ciento tiene previsto hacerlo. La mayoría de los entrevistados vive en una ciudad de más de 100.000 habitantes (el 64 por ciento), el 20 por ciento en una ciudad de entre 20.000 y 100.000 habitantes y el 16 por ciento en una pequeña localidad de menos de 20.000 habitantes. El 40 por ciento vive en una zona poco ruidosa y el 35 por ciento en una zona bastante ruidosa.