MADRID, 8 May. (EUROPA PRESS) -
Cerca de un 30 por ciento de los niños que viajan en autocar en la capital, incluido el transporte escolar, lo hace sin cinturón de seguridad, según un estudio basado en información solicitada por los propios padres y elaborado por RACC Automóvil Club y Jané.
El estudio diferencia entre el uso frecuente del autocar, como las rutas escolares, y el uso esporádico, como las excursiones fuera del centro, los campamentos o los viajes de vacaciones. En Madrid, la presencia de cinturones de seguridad es bastante similar entre los niños que realizan viajes frecuentes como los que realizan viajes espontáneos.
En concreto, el 53,9 por ciento de los padres asegura que sus hijos realizan los viajes frecuentes por carretera con cinturón frente a un 32,9 por ciento que asegura que no; el 54,5 por ciento indica que enviajes esporádicos sus hijos van con esta medida de seguridad frente a un 28,9 por ciento que responde negativamente.
En cuanto a la responsabilidad de la contratación de un servicio con todas las medidas, un 73 por ciento de los encuestados considera que el colegio es el responsable, frente a un 11,3 por ciento que cree que deben ser las Asociaciones de Madres y Padres quienes tomen esta decisión. Además, un 3,3 por ciento cree que debe ser responsabilidad de la entidad que organiza las actividades extraescolares.
Por otro lado, casi el 70 por ciento de los padres madrileños asegura sentir mucha o bastante preocupación respecto al trayecto, sobre todo porque consideran a la carretera peligrosa y un lugar donde se pueden producir accidentes. En concreto, la peligrosidad y la incertidumbre asociada a estas vías es la razón principal de preocupación para un 56,6 por ciento frente a un 9,6 que lo asocia con la carencia de seguridad en los autocares.
Además, en torno al 60 por ciento de los padres cree que el cinturón de seguridad ejerce mucha o bastante protección y el 70 por ciento, asegura además que la instalación de sillitas infantiles sería una medida necesaria, aunque menos del 15 por ciento estaría dispuesto a pagar más para que sus hijos dispusiesen de esta medida en el autocar.
CINTURONES OBLIGATORIOS DESDE 2006
En 2006 se autorizó que todos los autocares de nueva construcción deberían llevar incorporados cinturón de seguridad. Sin embargo, según explicó el director técnico de Fundación RACC, Pedro Sauret, los cinturones no están pensados para los niños sino para los adultos, y aunque siempre sirven como medida de seguridad debería crearse un "reglamento comunitario de ensayo de sistemas de seguridad infantil para autocares" y así adaptar estas necesidades a los más pequeños.
"Las butacas, los cinturones y los asientos de los autocares están pensados sólo para la protección de adultos y no hay una normativa técnica para protección infantil en estos vehículos", señaló.
De momento, está presente el Real Decreto del Transporte Escolar, que establece que cada ocupante dispondrá de una plaza y deberá utilizar sistemas de retención adecuados para una talla específica, en el caso de que el vehículo disponga de ellos. Además, el Reglamento General de Circulación (RGC) establece en su artículo 117 el uso obligatorio de sistemas de retención para ocupantes mayores de 3 años.
Los expertos del RACC aseguran que la solución actual ante la falta de una normativa que regule la situación pasaría por garantizar al menos un espacio de supervivencia y la retención del ocupante dentro de ese espacio.
Asimismo, exigen el uso de cinturón a mayores de 3 años, ya que la "no retención de los ocupantes infantiles en un autocar puede implicar lesiones graves, tanto en impactos frontales como en situaciones de vuelco", apuntó Sauret, quien indicó que de momento los autocares sólo cuentan con cinturones de 2 puntos (los que van sujetos a la cintura) y de 3 puntos (los que van sujetos a la cintura y al hombro).
Estos cinturones reducen las posibles lesiones (sin cinturón, los niños sufrirían lesiones en cabeza, cuello y extremidades e incluso podría salir disparado), pero al no estar preparados para niños, siguen causando problemas. Por ello, ofrecen otro tipo de medidas que están en el mercado como los cinturones de altura regulable, que permiten retener adecuadamente a los pasajeros a partir de 3 años con un cinturón de 3 puntos regulable a al altura.
Además, existen los cojines elevadores anclados al asiento para niños de 3 a 6 años, que los retienen con un arnés; la butaca con sistema de anclajes, que permite instalar SRI con Isofix homologados para niños de 9 meses a 3 años; y las sillitas ancladas al respaldo de la butaca, con las que se sitúan a los niños (de 0 a 3 años) en el sentido contrario de la marcha.
A juicio de los responsables del estudio, son necesarios incentivos para la renovación del parque. "Se debe crear un esquema de subvenciones para que las empresas de transporte de viajeros por carretera puedan renovar sus flotas", indicó el director de RACC, quien aseguró que de esta manera, los usuarios podrían acceder a autocares con cinturón con mayor facilidad, independientemente del trayecto y de la zona geográfica.
Asimismo, subrayó la importancia de concienciar a la sociedad de que no monten a niños menores de tres años en este tipo de vehículos y que se incluya en el reglamento de conductores una modificación para que los límites de alcoholemia en estos trabajadores durante el transporte escolar "sea cero".
SIMULACROS
Por otro lado, Sauret recordó que el estudio recoge que menos del 7 por ciento de los niños madrileños han realizado simulacros de emergencia en el autocar. Este dato, es para el experto, demasiado bajo, y aconsejó la realización de éstos para que los niños sepan cómo reaccionar en cada situación dentro del vehículo.
"Se debería incluir en el Real Decreto del Transporte escolar la realización de al menos un simulacro de evacuación con un vehículo completo", apostilló Sauret, quien indicó que sería recomendable que estos simulacros fueran acompañados de más información para los monitores de viajes.
Asimismo, propuso la instalación de protocolos en las escuelas, que determinaran actuaciones de entrada y salida de autocares en las proximidades de los centros con el objetivo de que los movimientos del vehículo y de los niños estén coordinados para evitar accidentes.
Los últimos datos en España, recogidos en 2005, señalan 70.890 muertes en carretera, de las cuales 1.014 fueron consecuencia de accidentes en autocar. De este millar, sólo 49 fueron fallecimientos en el transporte escolar.