MADRID, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los madrileños que quieren deshacerse de su coche y darlo de baja definitivamente, sin incorporarlo al mercado de segunda mano, pueden depositarlo en uno de los 37 desguaces existentes en la región, que tienen capacidad global para tratar unos 50.000 vehículos al año, según datos facilitados a Europa Press por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio.
A partir de entonces, el vehículo tendrá la consideración de residuo y el centro de tratamiento, de titularidad privada pero autorizado por el Gobierno regional, procederá a su descontaminación y a retirar aquellos componentes reutilizables.
Madrid lidera el número de bajas de vehículos registradas en España y, junto con las comunidades de Cataluña, Andalucía y Valencia, tramita más de la mitad de todas las que se producen en nuestro país.
Por ejemplo, en 2003 los vehículos dados de baja ante la Jefatura Provincial de Tráfico de Madrid fueron 144.234, mientras que un año después hubo menos, 130.635.
Hace años, la mayoría de los vehículos al final de su vida útil eran entregados en instalaciones de desguace que no estaban sometidas a un control muy estricto. De hecho, la mayoría carecían de licencia y extraían de los vehículos únicamente las piezas con valor de mercado, sin retirar otros componentes capaces de causar contaminación.
La situación cambió en 2002, cuando los vehículos al final de su vida útil quedaron catalogados como residuos peligrosos, si bien en España este proceso no varió la logística de gestión. Así, cuando el titular quiere deshacerse del coche, tiene que tramitar la baja definitiva ante la Dirección General de Tráfico.
Para ello, debe aportar un Certificado de Destrucción que acredite la entrega del vehículo a un centro autorizado de tratamiento (instalaciones, públicas o privadas, autorizadas para realizar cualquiera de las operaciones de tratamiento de los vehículos al final de su vida útil).
1,8% DE RESIDUOS PELIGROSOS La entrega del vehículo puede realizarse directamente por el dueño en el centro autorizado de tratamiento o a través de una instalación de recepción (productores, concesionarios, compañías de seguros, desguazadores, fragmentadores...) que, por razón de su actividad económica, se hace cargo temporalmente del vehículo al final de su vida útil para su traslado a los centros de tratamiento que realizan la descontaminación.
Según la composición estimada de los vehículos al final de su vida útil, los residuos generados tras la descontaminación y desmontaje, que pueden servir como indicador de la evolución de la cantidad de vehículos tratados, son en un 70% chatarra y piezas férricas; en un 5%, chatarra no férrica; en un 23,2%, materiales varios (plásticos, vidrios, etc.) y en un 1,8%, residuos peligrosos.
La Comunidad de Madrid tiene en marcha un Plan Regional de Vehículos al Final de su Vida Útil que abarca el periodo 2006-2016 y se propone alcanzar en ese escenario temporal la cifra de 61 establecimientos de desguace.
