MADRID, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Juzgado de Primera Instancia número 45 de Madrid ha condenado a un cirujano a indemnizar con 229.383 euros por la muerte de un paciente tras intervenirle de obesidad mórbida, marcharse a Valencia y no adoptar medidas ante una evolución desfavorable.
Así consta en una sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, en la que el juez estima parcialmente la demanda interpuesta por la familia del paciente, a través de los servicios jurídicos de la Asociación de El Defensor de El Paciente, contra un cirujano. De este modo, el magistrado condena al acusado a abonar a la familia demandante la cantidad indemnizatoria de 229.383 euros.
La paciente ingresó el 12 de febrero de 2013 en el Hospital N.P.A. de Madrid para ser intervenido quirúrgicamente mediante procedimiento de gastrectomía tubular laparoscópica, ya que estaba diagnosticado de obesidad mórbida.
Doce horas de la atención, "ni se pautó profilaxis tromboembólica, ni en el postoperatorio inmediato, ni se prestó atención a un estudio previo de la hipertensión que padecía". Actualmente, se considera absolutamente necesaria la profilaxis en todos los procedimientos quirúrgicos de alto riesgo y en especial, en los protocolos que rigen este tipo de patología.
Tras finalizar la intervención, el cirujano que le intervino se marchó a Valencia, quedando el paciente en manos del personal subalterno. La paciente terminó desarrollando una sepsis abdominal, comenzándose "entonces profilaxis tromboembólica y nuevamente error al no tomarse ninguna decisión quirúrgica al respecto".
La mujer sufrió un episodio de desorientación-agitación. Y en pocas horas presentó fracaso renal agudo y fue entonces cuando se inició antibioterapia empírica y oxigenoterapia.
Sobre las 22:00 horas del 16 de febrero de 2013 el afectado presentó mayor agitación psicomotriz y desorientación, por lo que se tuvo que recurrir a neurolépticos.
A las 6:05 horas de la mañana del 17 de febrero de 2013 hubo una alarma por disminución de la frecuencia cardiaca y desaturación. El paciente se encontraba en estado cianótico y con bradicardia extrema, llegando a la parada cardiorrespiratoria.
Tras 65 minutos de soporte vital avanzado, no se recuperó en ningún momento actividad eléctrica. De acuerdo con anestesiología se decidió interrumpir reanimación.
