Condenan a 20 años de cárcel por asesinato al acusado de asestar hasta 88 puñaladas a una vecina de su barrio

Audiencia Provincial de Madrid
EUROPA PRESS
Europa Press Madrid
Actualizado: viernes, 12 julio 2013 14:23

MADRID 12 Jul. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 20 años de cárcel por un delito de asesinato agravado a Jaime M.G., acusado de asestar hasta 88 puñaladas a una vecina de Bravo Murillo, además de indemnizar con 100.000 euros a cada uno de los padres de la víctima por los perjuicios morales ocasionados por el fallecimiento.

Según recoge la sentencia, el jurado ha declarado probado que el agresor y la víctima eran "simples conocidos", y que por "causas que no constan", una vez en el domicilio de la joven, Jaime "cogió de uno de los cajones de la cocina al menos un cuchillo y asestó a María Consolación G., conscientemente, un total de 88 puñaladas por todo el cuerpo".

También da por probado que aunque algunas de las muchas heridas las causó el condenado para matar a la joven, "otras muchas las causó solo para aumentar gratuitamente el dolor o sufrimiento de María Consolación G.".

El agresor, que padecía un trastorno de ansiedad y episodio depresivo de mala evolución por el que se medicaba, como consecuencia de la ingesta de alcohol, cocaína y del propio medicamento, "se encontraba en el momento de los hechos en un estado de perturbación que disminuía levemente su capacidad de conocer, comprender y actuar adecuadamente".

El jurado, basado en el informe del Instituto Anatómico Forense, aprecia alevosía por desvalimiento --cuando el culpable se aprovecha de una especial situación y desamparo de la víctima que impide cualquier reacción defensiva, como cuando se ataca a un niño o a una persona inconsciente--.

En concreto, según relató el propio padre de la víctima, la joven padecía una enfermedad de la piel que le producía ampollas en manos, pies y esófago, por lo que no podía rozarse, golpearse o sujetar peso. De hecho, las del esófago le impedían gritar, la de las manos le provocaba que se le juntaran los dedos y las de los pies no le dejaban correr.

El jurado también ha declarado probado la apreciación de ensañamiento, dado que "propinar reiteradas cuchilladas a una persona que ya presenta heridas de suma gravedad ocasionadas por un cuchillo es una forma de ocasionarle un dolor inhumano y cruel".

EL CONDENADO NEGÓ LOS HECHOS

Jaime M.G., quien se enfrentaba a 23 años de prisión, negó en el juicio su autoría en los hechos, aunque sí reconoció que esa noche estuvo en la casa de la fallecida.

El cadáver de la joven de 30 años fue hallado por su novio y su hermano, quienes acudieron a su domicilio preocupados después de que ésta no les respondiera las llamadas.

Según el fiscal, el condenado se encontró con la víctima sobre las tres de la madrugada del 19 de septiembre de 2009. Tras ese primer contacto, ambos subieron a casa de la mujer, en la calle Bravo Murillo.

Una vez en el domicilio, el condenado le asestó hasta 17 cuchilladas en la cara, otra en el cuello que le seccionó la tráquea, tres más en la misma zona, otras 19 en brazo y antebrazo izquierdo, once puñaladas más en el costado izquierdo y región dorsal, hasta un total de 88 heridas de arma blanca antes de fallecer.

El condenado permaneció en la casa hasta pasadas las cinco de la mañana para, a continuación, desprenderse en un cubo de basura de dos cuchillos de grandes dimensiones, una colcha, un barreño, ropas de la víctima y otros pequeños objetos.

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