El abogado García Montes aporta prueba para acreditar que uno de sus clientes se encontraba fuera de Madrid
MADRID, 8 May. (EUROPA PRESS) -
La prueba pericial de los médicos forenses será clave en el juicio que se celebra contra un hombre y una mujer, emparentados y de nacionalidad rumana, por el crimen en noviembre de 2021 de un anciano a quien intentaron robar un reloj, dado que la estrategia de defensa se sustenta en la víctima murió por un problema cardíaco y no asesinado por sus clientes.
"Le dio un infarto", ha aseverado el abogado Marcos García Montes, que ejerce la defensa, ante los miembros del jurado popular durante las alegaciones previas a la vista oral. Los acusados declararán a instancias de su letrado al final de la prueba pericial, que tendrá lugar la próxima semana.
García Montes, que solicita la libre absolución, ha aportado al tribunal un informe de geolocalización telefónica del móvil de la mujer que representa que acreditaría que su clienta se encontraba fuera de Madrid.
Según esta parte, habría imágenes de cámaras de seguridad que demuestran que la acusada estaba en Barakaldo (Vizcaya). Además, se ha aportado un ticket de una peluquería.
El letrado García Montes insiste en que la víctima tenía una dolencia cardíaca y murió de un infarto y no por el hecho de que uno de los acusados le taponara la nariz durante el intento de atraco, frustrado al ser sorprendidos por varios testigos.
Al otro lado, la fiscal y la viuda reclaman que se les condene a casi 25 años de prisión por un delito de asesinato y robo con violencia. En su informe, la representante del Ministerio Fiscal ha subrayado que los procesados eligieron a una persona de avanzada edad para robarle cuando caminaba solo por una calle de Ciudad Lineal.
"No fue una víctima al azar. Asumieron sus riesgos cuando le rodearon con los brazos para intentar quitarle un reloj. Le taparon la nariz y le provocó una insuficiencia cardíaca respiratoria", ha reseñado.
El jurado popular tendrá que determinar la autoría en el crimen y si su ataque, provocó la muerte del fallecido. La fiscal cuenta como prueba de cargo varios testigos directos de los hechos y el testimonio de los investigadores.
En la sesión han comparecido los policías que acudieron al lugar tras ser alertados. En el escenario del crimen, realizaron sin éxito maniobras de reanimación al hombre e identificaron a los testigos presenciales de los hechos, entre ellos un fiscal.
El representante del Ministerio Público les imputa un delito de asesinato y otro de robo con violencia y les reclama una indemnización de 200.000 euros.
El escrito de acusación señala que sobre las 12.10 horas del 13 de noviembre de 2021 la pareja se dirigió en coche a las inmediaciones de la calle Marqués de Hoyos de Madrid para tratar de robar a personas de avanzada edad y apoderarse de cuantas pertenencias de valor portaran, "asumiendo ambos los riesgos que para las mismas pudieran derivarse de su acción".
Allí mismo detectaron la presencia en la zona de G. M. G., un hombre de 79 años de edad que caminaba solo por la calle, "y que dadas sus características físicas, apreciables a simple vista, carecía de la más mínima posibilidad de defensa".
Así, mientras el hombre permanecía en el vehículo en actitud vigilante a fin de garantizar la huida del lugar, la mujer abordó por detrás a la víctima abrazándolo y taponándole "fuertemente" la nariz y la boca, impidiéndole respirar.
Dado que la víctima padecía una dolencia cardiaca, a consecuencia de la agresión sufrió un infarto agudo de miocardio que le provocó lesiones cerebrales irreversibles que le produjeron una situación de muerte encefálica.
La acusada, mientras tanto, "trataba de apoderarse del reloj que portaba, sin lograrlo al ser sorprendida por personas que se aproximaban por la calle".
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