MADRID, 2 Jun. (EUROPA PRESS) -
La noria del Retiro ha vuelto ha funcionar tras concluirse las obras de recuperación y rehabilitación que ha acometido durante varios meses el Ayuntamiento de la capital con una inversión superior a los 200.000 euros.
Así lo ha detallado el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, en una visita a esta estructura fechada en 1656 y que fue descubierta en las labores de rehabilitación del parque entre 1996 y el año 2000.
Para su rehabilitación se han traído elementos de fuera de la región, como el pino silvestre, resistente a las inclemencias meteorológicas.
"Ahora es un reclamo más del patrimonio histórico inmenso que tiene este parque", ha añadido Carabante, quien ha fijado como uno de los objetivos del Consistorio recuperar este patrimonio con acciones como las obras en el Observatorio Central Meteorológico.
Asimismo, ha adelantado que a finales de este año prevén poder licitar las obras de la Montaña de los Gatos, en el extremo noreste del parque, para que sus obras puedan completarse antes de 2023.
Según ha explicado el delegado, ya hubo un intento de rehabilitar esta estructura, pero el concurso público quedó desierto ante la complejidad de las mismas. "Es uno de los emblemas del Retiro y lleva decenas de años cerrado", ha incidido.
"El Retiro tiene que ser la joya de la corona de los parques y del patrimonio verde de esta ciudad", ha concluido Borja Carabante.
La noria se compone de un pozo, una alberca, una pileta de decantación y un pozo de desagüe, así como de restos de otro pozo de noria y otra alberca y otros elementos accesorios.
En el proceso de recuperación se ha llevado a cabo la restauración del ladrillo de tejar y de caliza de todo el entorno, de las estructuras metálicas y los cerramientos existentes. Se ha rehabilitado el vaso de la alberca, creando un nuevo vaso de hormigón armado y se ha procedido a su impermeabilización.
ORÍGENES DE LA NORIA
De la documentación, estudio y datación de estos restos, se ha podido establecer una teoría del funcionamiento del conjunto en tres fases sucesivas. En la primera, reflejada en el plano de Texeira (1656), se aprecia, junto a la ermita de San Antonio de los portugueses, la alberca con las mismas dimensiones en planta que en la actualidad, pero de menor profundidad y una noria.
Hacia 1750, al haberse hundido el pozo de la primera noria, se construye uno nuevo de unos 18 metros de profundidad más al norte y se recrecen las paredes de la alberca hasta su tamaño actual, doblando su capacidad. La nueva noria y la alberca quedan conectadas entre sí por medio de una tubería enterrada de piezas cerámicas.
A la tercera fase, que sigue a la puesta en funcionamiento de la Real Fábrica de Porcelanas del Buen Retiro en el último tercio del siglo XVIII en la antigua ermita de San Antonio, corresponde la construcción de la pileta de decantación, el pozo y otra alberca menor, todos ellos relacionados con procesos industriales anexos a la fábrica.
Donde hoy se encuentra la estatua del Angel Caído, en la segunda mitad del siglo XVIII, Carlos III mandó construir la Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro, lugar en el que se elaboraban porcelanas que compitieron con las mejores de Europa. Alguna de sus piezas adorna hoy el Palacio Real y los Reales Sitios, La Casita del Príncipe y el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. La calidad de las piezas elaboradas era internacionalmente reconocida y las técnicas de elaboración empleadas se trataban como secreto de Estado.
La Real Fábrica del Buen Retiro, denominada popularmente como 'La China', fue fundada en el año 1760 por iniciativa de Carlos III a imagen de la que el propio rey estableciera durante su reinado en Nápoles en las proximidades del Palacio Real de Capodimonte. Desde Nápoles llegaron artesanos especializados, instrumental y la pasta necesaria para la producción de la porcelana.
En 1808, durante la Guerra de la Independencia española, las tropas napoleónicas entraron en Madrid. Una parte importante del ejército francés se acomodó en las instalaciones de la fábrica, que tuvo que interrumpir su actividad. En 1812, la alianza de ingleses, portugueses y españoles, comandada por Wellington, consigue derrotar al ejército francés. Durante la contienda, la zona del huerto se convierte en escenario de batalla y la fábrica sufre daños importantes.
Una vez conseguida la victoria y expulsados los franceses de Madrid, Wellington ordena destruir la fábrica por completo. El motivo alegado fue impedir que los franceses volvieran a agruparse en este punto, aunque los rumores indicaban que el objetivo era eliminar la competencia entre la porcelana española y las británicas.