MADRID, 21 May. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía de Madrid elevó hoy a 12 años y nueve meses la solicitud de condena para el médico rehabilitador Miguel Ángel Lobo, al considerar acreditado que abusó sexualmente de al menos siete de sus pacientes entre 2002 y 2004 en la consulta en la que aplicaba sus terapias en el centro de salud Federica Monseny de la avenida de la Albufera de Madrid, en Puente de Vallecas.
En el trámite de conclusiones, la fiscal modificó su petición inicial de 10 años y medio por siete delitos de abuso sexual al calificar tres de ellos de continuado por "la pluralidad de actuaciones contra estas pacientes que atentaron contra su libertad sexual", elevando la pena a 12 años y nueve meses. Además, solicitó que se declare a la Consejería de Sanidad responsable subsidiaria por 'culpa in vigilando' y mantenerle en un puesto público en el Hospital de Vallecas Infanta Leonor, de la red sanitaria regional.
El juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Madrid contra el especialista quedó visto para sentencia tras su alegato final, en el que se limitó a agradecer a los que le han acompañado durante estos cuatro años, según dijo, "soportando vejaciones y un linchamiento vergonzoso". "No tengo más que decir", concluyó secamente.
El acusado no se pronunció sobre su inocencia después de que ayer negara haber tocado con intención libidinoso a sus pacientes. Por el contrario, achacó a "la carga erótica" de su consulta, con "aceleraciones del ritmo cardiaco y sudoraciones" incluidas, que "algunas pacientes busquen culpables que no existen". "Los tratamientos exigen contactos físicos que violentan a algunas mujeres", añadió con tono altivo.
Sobre esta supuesta "carga erótica" alegada por el doctor se refirió la fiscal en su informe, en el que subrayó "la evidente" existencia de "un ánimo libidinoso" por su parte. "Para las mujeres no había ninguna carga erótica. Se sintieron incómodas y trataron de poner fin al tratamiento", aseveró, añadiendo: "El doctor se aprovechó de la situación embarazosa de las pacientes por estar en una consulta a manos de lo que tenía que ser un profesional".
PERSISTENCIA EN LA INCRIMINACIÓN
La abogada Victoria Blanco, que representa a una de las víctimas, recalcó en su turno "la notoria situación de prevalimiento" del médico, aumentando su reclamación de 4 años a 10 años de prisión. En el caso de su defendida, pidió una indemnización de 30.000 euros por los daños morales. "Cada vez se acercaba más a la zona genital. Movía la ropa interior y al final metía sus dedos en la vagina", especificó ayer su representada.
Las defensas de las pacientes insistieron en recalcar la persistencia de las mismas en incriminar al doctor sin ningún tipo de contradicciones. En cambio, el letrado de la Consejería de la Sanidad restó credibilidad a los hechos, ya que a su juicio "no hubo daños físicos ni psicológicos".
Por su parte, el abogado Marcos García-Montes desgranó un extenso y rebuscado alegato, apelando a abundante jurisprudencia, para defender la inocencia de su cliente ante la abundante carga probatoria por las propias declaraciones de las víctimas. Reprochó a la Sala haber reclamado la causa a un Juzgado de lo Penal que ya juzgó los hechos para revisar el proceso penal, lo que calificó de treta "torticera". La sentencia que fue anulada condenó a Lobo a 18 meses de multa a razón de seis euros diarios.
El caso del doctor llegó a los tribunales después de que varias de las mujeres se pusieran de común a cuerdo para denunciar los hechos ante un juzgado de lo Penal. Hubo sentencia condenatoria, pero se anuló al ser reclamada la causa por la Audiencia madrileña debido a la gravedad de los hechos juzgados.