MADRID 5 Nov. (EUROPA PRESS) -
La consejera de Educación, Lucía Figar, pidió hoy a la Consejería de Transportes e Infraestructuras que estudie con "la mejor determinación" las alegaciones presentadas al derribo del IES Mirasierra, el distrito de Fuencarral-El Pardo, que llevará a cabo la Comunidad de Madrid para levantar una estación de la prolongación de la línea 9 de Metro.
"Vamos a pedir a Transportes que estudie todas las alegaciones que haya recibido tanto del profesorado como del consejo escolar y las asociaciones de padres y madres afectadas, porque hay que intentar tener un equilibrio entre los deseos de toda la comunidad de esa zona de querer tener una parada cerca y ubicada donde esta ahora el mismo instituto y hacerlo compatible con el deseo de esas familias", indicó la consejera.
Hoy mismo, los padres de los alumnos que acuden a este centro presentaron en la Asamblea de Madrid más de 7.000 firmas en contra de la demolición del instituto. Protestan porque, además de que los estudiantes que se quedan tendrán que soportar niveles que superan los 100 decibelios, los que se marchan tendrán que ir a otro instituto nuevo situado en el barrio de Montecarmelo, alejado de donde están ahora.
La consejera aseguró que pondrán todos los medios "para que el traslado de los alumnos sea lo más cómodo y lo más fácil para que cuente con todas las garantías posibles" y recordó que ya mantienen la comunicación con los afectados para seguir de cerca este asunto, "que viene provocado por la necesidad de construir la futura parada de Metro en Mirasierra en ese lugar donde ya existe un instituto".
"El derribo o demolición parcial del instituto no va a ser definitiva, ya que en un año, cuando se construya la estación, los alumnos regresarán", añadió Figar, en relación a los 500 alumnos, de los 800 que estudian en el centro, que tendrán que trasladarse al colegio de Montecarmelo.
No obstante, indicó que seguirán hablando con los interesados, aunque insistió en que la Consejería de Transportes ya ha dicho que la ubicación de esa parada se ceñía a dos objetivos, "cumplir con los deseos de la mayor parte de los vecinos de Mirasierra y ahorrar 25 millones de euros previstos en el trazado".