MADRID, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha alertado este miércoles a los ciudadanos que la alternativa al PP en las próximas elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo es un bipartito PSOE-IU, cuyo programa está "oculto" y "casa dos propuestas que en muchos casos son irreconciliables".
Durante su intervención en el Foro Madrid organizado por el PP regional, Gallardón ha señalado que "el 22 de mayo está en juego que Madrid, que ha conseguido mantener su impulso pese al lastre del Gobierno central, no se deje arrastrar por él ahora, en el último momento, que asistimos a un auténtico desguace del proyecto socialista".
"La alternativa de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid y la nuestra en la ciudad no es el PSOE solo. Nadie, ni siquiera ellos, piensan en estos momentos que serían capaces de conformar un apoyo electoral que superase el que nuestro partido va a tener. La auténtica alternativa por la que trabajan es algo que ya experimentaron en otra dimensión en otras comunidades autónomas: no un gobierno en solitario sino un bipartito con IU", ha afirmado.
Por ello, frente al "programa conocido, manifiesto" de los 'populares' se situará "un programa no conocido, sino oculto, el que en su caso resulte de casar dos propuestas que en muchos aspectos son irreconciliables" y que "no se encaminará hacia el centro ni la moderación" sino que "incluiría un sinfín de riesgos" que el PP no desea ni para la capital ni para la Comunidad.
"Madrid no puede entrar en un proceso de parálisis. Creo que el zapaterismo ya es bastante negativo por sí mismo, con su aversión a los hábitos de la sociedad y su incapacidad de atender a los municipios, como para que ahora tengamos Esperanza y yo que medirnos con sendas versiones zapateristas: en mi caso, la estricta y ortodoxa; en el tuyo, el zapaterismo disidente", ha señalado.
Así, ha recordado a sus compañeros de partido que su "responsabilidad" es "elaborar un proyecto igual de atractivo" que "evite que Madrid dé un irreversible paso atrás en la historia, cayendo en manos de ese hipotético bipartito que no haría sino poner en escena la segunda parte de una política que, a día de hoy, ya está muerta".
FIN DEL ZAPATERISMO
"No quiero que un nuevo zapaterismo espoleado por IU haga con Madrid lo que ha hecho con España", ha insistido, asegurando que éste es el momento del "fin del zapaterismo", que "busca otras caras para sucederse a sí mismo pero que quiere ser quien siga gestionando las responsabilidades de toda España".
Porque, según Gallardón, "una figura como Zapatero no es la excepción" del partido, por mucho que "ahora, avergonzados, quieran hacer creer que lo es". "En realidad es una expresión de lo que en realidad es el PSOE y lo que, sin ningún género de dudas, volverá a ser aunque se cambie el nombre de la persona al frente del mismo", ha insistido.
"No quiero una ciudad donde todos los días se promueva una cosa y la contraria, no quiero asistir al espectáculo de ver cómo se van defraudando al expectativas mientras se pierde lo logrado, no quiero ver las consecuencias de la visión limitada que el PSOE tiene sobre el papel que Madrid tiene que jugar en España, no quiero que llegue el día que tengamos que oír que la capitalidad de Madrid es un concepto 'discutible y discutido', y que el PSOE se dedique a devaluar las posibilidades de esta ciudad echándolas a perder en negociaciones exclusivas con el partido de turno que le interese para salvar una mayoría en el Congreso", ha proclamado.
RESURGIMIENTO DE LA POLÍTICA NACIONAL
Por ello, según Gallardón el 22 de mayo los electores españoles se juegan el "marcar el punto de resurgimiento de la política española", ya que aunque los comicios municipales y autonómicas no son para elegir al Gobierno central, "Madrid, la Comunidad y el resto de municipios tienen que ser una vez más, como lo han sido siempre, quienes anticipen los resultados de España" que, a su entender, "necesita urgentemente ese cambio".
Porque en las dos legislaturas que José Luis Rodríguez Zapatero ha estado al frente de la Nación su principal característica ha sido, según Gallardón, el "desacierto sistemático" frente a la "perseverancia constante pese a todas las dificultades" que ha caracterizado a las administraciones madrileñas.
"Con estas distancias y dificultades que se nos han puesto debemos y podemos estar muy orgullosos de la transformación realizada en la ciudad. Madrid se ha puesto en el grupo de cabeza de las ciudades mundiales, mientras en La Moncloa gobernaba un equipo que desconfiaba de Madrid y que optó por restarnos medios y oportunidades", ha dicho, en referencia a la prohibición de refinanciar su deuda.
Y todo ello con la perspectiva de que "vendrán elecciones generales y habrá un gobierno en España presidido por Mariano Rajoy que, a diferencia de los gobiernos de Zapatero, no será obstáculo sino apoyo, no será interlocutor fallido sino cómplice permanente del esfuerzo de la ciudad y la Comunidad para que estas preocupaciones y angustias que viven los españoles puedan ser superadas por un cambio radical en las posturas del socialismo".
TRABAJAR CON TODOS
Para ello, hace falta trabajar "en sintonía con la sociedad" y contando "con todos", tal y como Gallardón ha asegurado haber hecho en los últimos cuatro años. "Y lo hemos hecho sin sectarismos, sin distinciones ideológicas", ha apostillado.
"En todos estos años ni una sola vez se me ha pasado por la cabeza la posibilidad de reunirme con los 40 empresarios más importantes de la ciudad para que me dijeran qué tenía que hacer, cosa que sí ha hecho el todavía inquilino de La Moncloa. Pero sí hemos convocado a los agentes sociales a un gran pacto por el empleo en cuanto se atisbaron los inicios de la crisis, mientras el Gobierno de la Nación nos acusaba de derrotistas por advertir de los riesgos de quiebra del sistema económico", ha reprochado.
A resultas de esta decisión, las cifras de paro y de crecimiento económico en la capital son menos malas que las nacionales, porque los gobiernos autonómico y regional han sabido hacer inversiones productivas, a diferencia del nacional, que "es incapaz de elevar las condiciones de competitividad" del país.
"En todos estos años un importante elemento de motivación es comprobar que allí donde el Gobierno de España no daba la talla la capital sí lo ha hecho, manteniendo bien alto el pabellón, desmintiendo con hechos que España fuera una Nación fallida, transmitiendo empuje en lugar de apocamiento, crecimiento en lugar de parálisis y convivencia en lugar de división. Ése es el lenguaje del PP", ha apostillado.
Y mientras los 'populares' se dedicaban a estos menesteres, el PSOE "no se limitó a vivir de las rentas heredadas" sino que "hizo todo lo posible por dilapidarlas" con decisiones como la eliminación de la Ley de Calidad de la Educación, la Ley de Universidades o el Plan Hidrológico Nacional. "En su afán por distinguirse del PP, ¿qué desharía si pudiera el PSOE en el Ayuntamiento o la Comunidad?", se ha preguntado.
"Es difícil decirlo, seguramente se trataría de avances que ahora parecen irrenunciables. Y tras ese retroceso se aplicaría a otras labores de demolición, haciendo de Madrid, como de España, una ciudad menos competitiva, más burocrática, más intervenida, más triste, con más dificultades para vencer la crisis... Pero Madrid no necesita demoliciones, sino seguir construyendo y avanzando hacia un modelo urbano en el que la iniciativa de cada cual tenga su tiempo, su espacio, su sitio y su fruto", ha propuesto.
Así, ha concluido instando a los 'populares' a "evitar que Madrid retroceda a manos de una política obsoleta que este sábado reconoció su fracaso".