Una Comisión de Garantía y Evaluación determina si se cumplen los requisitos para recibir la ayuda para morir
MADRID, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un total de 35.837 personas han formalizado su 'testamento vital' en el registro de instrucciones previas de la Comunidad de Madrid, dejando así constancia expresa de su voluntad sobre los cuidados y el tratamiento de su salud en la etapa final de la vida y, llegado el fallecimiento, su deseo sobre el destino de sus órganos y cuerpos.
En concreto, el denominado 'testamento vital' permite a una persona mayor de edad, capaz y libre manifestar "de manera voluntaria, autónoma y por escrito" sus deseos para cuando llegue el momento la asistencia sanitaria y los tratamientos que desea o no recibir en caso de encontrarse en una situación en la que no pueda transmitir su voluntad por sí misma.
En la actualidad, hay 78 centros de Atención Primaria en la región habilitados para tramitar el otorgamiento de instrucciones previas, cinco de ellos consultorios locales, en 43 localidades.
Según la normativa, dichas instrucciones deberán de figurar en lugar visible en la historia clínica del paciente, tanto en su versión digital como en papel, de tal manera que cualquier médico que acceda a ellas no pueda obviar su existencia. Además, al estar conectado con el Registro Nacional, cualquier médico en España podrá acceder a esta declaración.
No obstante, los profesionales que lo consideren tienen derecho a negarse a cumplir estas voluntades mediante su inscripción en el registro de profesionales objetores de conciencia, de manera que las llevaría a cabo otro facultativo.
Este derecho está contemplado en la Ley Orgánica 3/2021, de 24 de marzo, de regulación de la eutanasia. Y para adaptarse a la normativa estatal, la Comunidad de Madrid aprobó el decreto de desarrollo de la ley para incluir el citado registro a su aplicación.
PLATAFORMA DE REGISTRO DE OBJECIÓN DE EUTANASIA
Esta misma semana el Gobierno regional ha publicado la licitación por 60.681,5 euros del contrato para el desarrollo que amplía las funcionalidades de la plataforma para el registro de objeción de eutanasia de los profesionales sanitarios, según figura en el Portal de Transparencia de la Comunidad.
En la actualidad, el número de objetores de conciencia ronda los 2.300 profesionales. Este registro, que será único para toda la región y que no tendrá acceso público, recogerá las objeciones de los profesiones sanitarios de la Comunidad de Madrid, de centros públicos o privados, directamente implicados en el proceso de ayudar a morir, una decisión que podrán revocar cuando lo considere.
También está contemplado, en cualquier caso, el derecho del paciente a modificar estas instrucciones, así como a "desistir y no continuar con su solicitud de prestación de ayuda para morir en cualquier momento del procedimiento", en cuyo caso lo deberá comunicar a su médico responsable y el procedimiento se suspenderá.
Será la Comisión de Garantía y Evaluación el órgano administrativo colegiado y multidisciplinar encargado de dirimir si concurren los requisitos y condiciones establecidas para el correcto ejercicio del derecho a solicitar y recibir la prestación de ayuda para morir en caso de conflicto.
Este órgano ya se ha constituido y estudia las solicitudes para resolver favorablemente o denegar dicha prestación, siendo además el órgano ante el que los pacientes pueden presentar reclamaciones.
PLAN DE CUIDADOS PALIATIVOS
La normativa también contempla la prestación y mejora de los cuidados paliativos del paciente. En este sentido, el director general de Asistencia Sanitaria y Aseguramiento de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Jesús Vázquez, reiteró recientemente el compromiso del Gobierno regional de presentar cuanto antes un nuevo Plan de Cuidados Paliativos.
El Gobierno regional también ha anunciado que creará un Comité de Bioética y una Consultoría de Ética Asistencial, un órgano independiente, colegiado, consultivo y de asesoramiento para ayudar en labores de asesoramiento individual y de forma rápida en conflictos éticos que se dan día a día en la práctica sanitaria.
Se trata de velar por los principios básicos de la ética en las cuestiones relacionadas con la salud y con las enfermedades y resolver problemas éticos o morales que surgen, por ejemplo, cuando la voluntad del paciente no coincide con la de los profesionales, cuando se aplican determinados tratamientos o de cara a las barreras éticas de los profesionales.
También se crearán los Comités de Ética Asistencial de los centros sanitarios y se designará un consultor que resuelva de forma ágil aquellas cuestiones éticas de la práctica clínica diaria que no requieran una reunión del Comité, y que, en caso de ser necesario, las remita a otros servicios o departamentos o al mismo Comité.
