El Museo de América realiza mañana su tradicional ofrenda del Altar de Muertos

Actualizado: sábado, 31 octubre 2009 19:44

MADRID, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Museo de América, en colaboración con la colonia mexicana en Madrid, organiza por cuarto año consecutivo una nueva edición del Altar de Muertos, que con motivo de la celebración mañana del Día de Difuntos, se inaugurará este año en el recinto del claustro de la planta baja.

La espectacularidad de estos altares mexicanos, que hunden sus raíces en las culturas mesoamericanas precolombinas está dedicado este año a dos grandes figuras del humanismo mexicano: los escritores Alfonso Reyes Ochoa y José Mª Vasconcelos, con motivo de cumplirse el 50 aniversario del fallecimiento de ambos.

La inauguración contará con la actuación de la artista Nidia Soto, acompañada por su grupo folclórico Nahui-Ollin y el mariachi Charros de Jalisco.

Esta nueva edición el altar, que permanecerá expuesto al público hasta el 22 de noviembre, se acompaña de un ciclo de conferencias durante los próximos tres domingos, a partir de las 11,00 horas, y la proyección de la película de animación 'La Leyenda de la Nahuala', el domingo 8 de noviembre a las 11,00 horas, en el Auditorio del Museo.

TRADICIÓN DE SIGLOS

El Altar de Muertos se monta al tiempo en que las almas de los parientes fallecidos regresan a casa para convivir con sus familiares vivos, y para nutrirse de la esencia del alimento que se les ofrece en los altares domésticos. El 1 de noviembre es el día en que regresan las almas de los niños, y el día 2, las de los adultos. En ambas festividades juegan un papel fundamental los altares y las ofrendas.

En todos estos altares mexicanos determinados elementos rituales se hacen presentes con el fin de asegurar que en esos días los muertos puedan regresar fácilmente al mundo de los vivos y retornar después hacia el inframundo. Así por ejemplo, siempre aparece en ellos el agua, la fuente de la vida, que se ofrece a las ánimas para que mitiguen su sed después de su largo recorrido y para que fortalezcan su regreso.

Aparece también la sal, un elemento de purificación que sirve para que el cuerpo del muerto no se corrompa en su viaje de ida y vuelta. Y por supuesto las velas y los cirios, que producen "la luz". Son un símbolo de la fe y la esperanza, pero son también la guía que ha de servir para que las ánimas puedan llegar a sus antiguos lugares y alumbrar después el regreso a su morada.

HUMO, MORTAJA Y DULCES

Junto a estos elementos aparecen otros como los cigarros, hechos con picietl (tabaco con otros ingredientes vegetales). En el mundo mesoamericano fumar era considerado un acto ritual, ya que el humo comunicaba la tierra con el cielo. Sustancias como el copal o el incienso tienen como fin purificar el espacio, mientras que las flores sirven para adornan y aromatizar el lugar durante la estancia del ánima y proporcionarla felicidad en su regreso.

En los altares aparecen también petates, que hacen referencia a la cama o la mortaja del muerto. En estos días funciona para que las ánimas descansen. En los altares de los niños no debe faltar el izcuintle, que aparece aquí como un juguete, y que en la época prehispánica muchas culturas mesoamericanas consideraban que este perro ayudaba a los muertos a cruzar el caudaloso río Chiconauhuapan, último paso para llegar al Mictlán o inframundo.

Fundamentales son también los dulces de leche, de nuez, de coco, de pistacho, las figuras de chocolate o azúcar, las palanquetas de cacahuete, los ates, el camote o la calabaza en tacha así como las tortillas, mole, frijoles, guajolotes, tamales y panes de huevo.