El Museo de la Ciudad acoge hasta abril 'La Codorniz 1941-1978', un homenaje a los maestros del humor

Actualizado: martes, 22 noviembre 2011 18:22

MADRID, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -

El Museo de la Ciudad acogerá hasta el 15 de abril la muestra 'La Codorniz 1941-1978', un homenaje que coincide con el 70 aniversario del nacimiento de la revista, y el tercero del fallecimiento de Álvaro de Laiglesia, que fue su director durante treinta y tres años, todo un hito en la historia del periodismo español, ha informado el Ayuntamiento en un comunicado.

El desarrollo de 'La Codorniz', que creara el genial Miguel Mihura como una continuación de La Ametralladora, publicación que dirigió durante la guerra civil, tuvo cuatro etapas.

La Codorniz de Mihura (1941-1944), testigo de la huella postergada del humor de las vanguardias en aquellos difíciles años de posguerra; La Codorniz de Álvaro (1944-1977), la más longeva e importante, también la más popular, y que apuró su crítica hasta donde le permitía la férrea censura; La Codorniz de Summers (1977-1978), un vano intento de insuflarle nuevo aliento a una cabecera que trataba de encontrar su papel en la democracia recién estrenada; La Codorniz de Cándido (1978), que ensayó inútilmente nuevos criterios periodísticos.

Esta exposición, cuyo comisario es Felipe Hernández Cava, nace con el propósito de rendir tributo a sus principales dibujantes, entre los que se hallan figuras fundamentales del humorismo español del siglo XX y lo que llevamos del XXI, a través de más de 300 dibujos originales de: 3Ozores3, Abelenda, Arturo, Azcona, Ballesta, Cabañas, Chumy Chúmez, Dátile, Dodot, Edu, Eduardo, Forges, Gayo, Gila, Goñi, Herreros, Julio Cebrián, Kalikatres, Luis, Manolo Jaén, Madrigal, Máximo, Mena, Mendi, Mihura, Mingote, Miranda, Molleda, Munoa, Muro, Nácher, OPS, Pablo, Picó, Serafín, Sir Cámara, Strüwer, Summers, Sun, Tilu, Tono, Topor y X. Marín.

Y homenajea a Enrique Herreros, pieza clave para entender la grandeza y el desarrollo de La Codorniz y el dibujo de humor en nuestro país, a Álvaro de Laiglesia, por descontado, y a Fernando Perdiguero (alias Menda, Sun), que, en la sombra, y de ahí su escasa representación en la exposición y la poca justicia histórica que se le ha hecho, fue el hombre que puso algo de orden en el período crucial de aquella aventura.

La muestra aspira a que el público que la leyó reviva ahora, con la suficiente distancia, lo que fuimos todos durante varias décadas, y a que las generaciones que no la conocieron gocen de un encuentro que ha de depararles muchas sorpresas, tanto por el altísimo nivel gráfico de los dibujantes, muchos ya fallecidos, como por el contenido de sus viñetas.