"La niña me provocó y yo estaba bebida. Si llego a saber su edad, ni la miro", declara la acusada de abusar de una menor

MADRID, 2 Oct. (EUROPA PRESS) -

Dolores D.F., acusada de abusar sexualmente de una menor de 10 años en octubre de 2006, reconoció hoy en su declaración ante la Audiencia Provincial de Madrid que vejó a la joven, alegando que la chica le provocó en los pasillos de la corrala en la que residían en la calle Sombrería número 10, en el centro de la capital.

"La niña se puso en el pasillo a provocar y yo estaba bebida. Si llego a saber su edad, ni la miro", manifestó la procesada, quien la abordó en el rellano de la casa, aprovechando que sus padres estaban trabajando. Admitió que vejó a la niña y explicó que entonces pasaba "una racha mala", lo que le llevó a esa situación. De hecho, contó a la Sala que acudió al psiquiatra para que ese episodio no volviera a repetirse.

La menor declaró a través de videoconferencia debido a que actualmente reside en la localidad alicantina de Elche. Explicó que una mañana de octubre de 2006 salió al descansillo de la corrala para tender la ropa y, al entrar en su casa, se dejó la puerta abierta. Pese a su corta edad, la chica solía hacer parte de las tareas de la casa durante las horas en las que sus padres estaban trabajando. Tras entrar en su casa para "fregar los platos", su vecina entró y la condujo a su domicilio. "Me llevó a su habitación y abusó de mí", relató.

Debido a la confesión, la Fiscalía de Madrid mantuvo su petición de condena de 10 años de prisión por un delito de abusos sexuales. La representante del Ministerio Público calificó los hechos de "repugnantes", subrayando que la procesada "sabía y quería hacerlo".

TRASTORNO ANTISOCIAL

A tenor de la prueba pericial, la fiscal estimó que la procesada padece un trastorno antisocial de la personalidad que no afecta a su capacidad cognoscitiva y volitiva. Además, recalcó que la joven se le diagnosticó un trastorno de estrés postraumático debido a la experiencia que vivió.

Por su parte, la defensa de Dolores D.F. solicitó la libre absolución de su defendida, basándose en sus precarias "condiciones sociales", puesto que vive en la indigencia. En el caso de que sea condenada, el letrado pidió que se le aplique la atenuante de trastorno mental.

Al concluir la vista oral, Dolores D.F. manifestó a los medios congregados que estaba nerviosa porque le han "dado por loca y violadora". "Estoy para meterme debajo de un tren", aseguró a la vez que insistió en que "era inocente".