El padre de Verónica Caballero exige que el culpable de su muerte "no salga impunemente a los cuatro días"

Actualizado: lunes, 6 noviembre 2006 14:31

MADRID, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -

El padre de Verónica Caballero Caravaca, la joven que presuntamente murió en 2004 degollada por su marido en el municipio madrileño de Móstoles, tras haber recibido varias puñaladas, exigió antes de entrar a la Audiencia Provincial de Madrid donde se juzga hoy el caso, que el culpable cumpla la máxima pena posible. "En temas de violencia doméstica no puede ser que a los cuatro días salgan los señores de la cárcel impunemente", denunció.

El marido de Verónica Caballero, Abderrazzak el-Aidouni la asaltó, cuando volvía de trabajar, a la salida del portal de casa de sus padres, y le asestó varias puñaladas en la cara, el pecho y la yugular, causándole la muerte. Los vecinos, que bajaron alertados por los gritos, cubrieron a Verónica con una manta, pero no pudieron hacer nada por salvar su vida.

"Desde son veinte metros hasta el sitio donde cayó", explicó en declaraciones a Europa Press el padre de la víctima, Florencio Caballero, que rememoró, dos años después de los hechos, cómo vivió aquel día: "el tiempo pasa, pero los recuerdos siguen, es muy duro tener que recoger a una hija de 27 años en el suelo", aseguró minutos antes del comienzo del juicio contra el presunto autor del crimen.

DESAVENENCIAS DESDE HACE TIEMPO

Según el padre de la víctima, la pareja ya tenía "desavenencias" desde hacía tiempo, y Verónica había decidido poner punto final, había pedido la separación, y se había llevado a su hijo a vivir con sus padres. El presunto culpable "tenía abandonado al hijo que tuvieron juntos, a mi hija la trataba mal", explicó Florencio, quien aseguró que "ya había denuncias antes por malos tratos".

El suegro del presunto asesino no tiene dudas de que la intención, ese día, de Abderrazzak el-Aidouni, marido de su hija, era acabar con la vida de Verónica. "La estuvo esperandó para matarla", declaró.

Ahora, Florencio afirma que sólo siente indiferencia hacia el presunto asesino de su hija, pero quiere cerciorarse de que cumpla "la máxima pena posible". "No era violento, pero tenía repentes y era muy machista", recordó. "Hay que luchar por que esto se acabe", apuntó en rereferencia al número de mujeres que mueren cada año víctimas de la violencia doméstica.